Llevo meses en éste cuarto
escribiendo cartas sin sentido
a alguien
que ni siquiera ha existido,
pero que llenaba mis vacíos
de una forma tan real,
que fue inevitable
no dejarle de pensar.
Aunque ahora no tomo pastillas
para tratar de verte algún día
con esa sonrisa destructiva
que tanto me atraía.
Y encerrado en éste cuarto,
hace mucho pude escuchar,
que en verdad te conocía
y en verdad tu existías,
pero no eras tan feliz
como lo parecías,
pues en algún momento
no lo pudiste soportar
y de un décimo piso
lograste saltar."
Ahora,
después de tanto tiempo
por fin estoy escribiendo,
y será la última carta
en honor a tu mirada
y a todas las cosas vividas
antes de tu desgracia;
porque siento que,
sino dejo de escribirte,
nunca te dejaré,
pero no quiero hacerlo
porque lo eres todo para mí.