Un Redfox enamorado

Sentimientos

Levy había salido al jardín para tomar el aire, se acordó de su madre, le gustaría haber sabido qué hubiera hecho ella en su lugar.

A su padre le había enviado cartas cada semana, ya hacía dos meses que estaba con Gajeel y ahora él se había ido, hacía tres días que Gajeel le había dicho que volvería, pronto iba a anochecer y por primera vez lo echaba de menos.

Levy entró a la mansión y se dirigía a su habitación cuando oyó unas voces que provenían del comedor.

—No hay rastro de Gajeel, no sabemos qué ha podido pasar pero sin duda es obra de Erigor.

Levy se dirigió a toda prisa hacia el comedor y entró a paso rápido, Minerva y Sting la miraron sorprendidos.

—Levy, deberías aprender a llamar antes de adentrarte a una habitación donde están teniendo una conversación privada. —Le informó Minerva.

—¿Conversación privada? Estáis hablando de mi marido —Levy se sorprendió al escucharse, era la primera vez que lo llamaba marido.

—Discúlpame, creí que no te importaba mi primo.

Levy se quedó pensativa, pues hacía dos meses no le importaba para nada Gajeel ¿Que había cambiado?

—Así que eres Levy, la esposa de Gajeel, el primo de mi prometida — Sting se acercó a Levy le tomó de la mano y depositó un pequeño beso en el dorso.

—Encantado de conocerte, soy Sting.

Levy le sonrió ligeramente y se apartó de él.

—¿Habéis mandado hombres para que lo busquen? —preguntó Levy observando por la ventana los campos de cerezos que extendían hasta el horizonte.

—Si, pero ya han regresado —dijo Minerva alisando la falda de su vestido.

—¿¡Qué!? Deberían seguir buscándole —protestó Levy mirando a Minerva con furia.

—Mañana seguirán si por la mañana no ha regresado —informó Sting.

—Para entonces puede ser demasiado tarde —dijo Levy saliendo del comedor y dirigiéndose hacia los establos.

—Señorita Levy ¿Qué hace aquí? — preguntó Jet al verla entrar a los establos.

—Jet necesito que me prepares un caballo.

—A estas horas es muy peligroso — advirtió Jet.

—Solo iré a ver a mi padre —mintió Levy, pues si le decía que iba en busca de Gajeel se lo diría a Minerva y no la dejaría marchar.

—Es mejor que prepare un carruaje — dijo Jet sonriéndole.

—No, un caballo será suficiente para mi, quiero a Fantasma, la pareja de Sombra. —informó Levy, Fantasma era una yegua blanca, y al ser la pareja de Sombra quizás encontrara a Sombra y si había suerte también a Gajeel.

Levy una vez tuvo a Fantasma preparada, se puso una capa para abrigarse, montó sobre la yegua y se alejó de la mansión, iba a encontrarle, costara lo que le costara.

Sabía que Jet y los demás habían ido a buscarle por los campos del norte pero quizás no estuviera por ahí, así que se dirigió más allá de los campos situados al norte, nunca había llegado tan lejos, ese lugar era desconocido para ella.

El sol estaba a punto de ocultarse cuando llegó a un río y desmontó para que Fantasma pudiera beber, pero la yegua no bebió, sino que siguió río abajo.

—¿Fantasma? ¿Dónde vas? — preguntó Levy siguiéndola a paso rápido. A lo lejos divisó algo que poco a poco fue tomando forma de un caballo, algo que iba sobre él cayó al suelo.

El corazón de Levy empezó a latir con fuerza y se dirigió hasta donde estaba ese caballo «Por favor que sea él y que esté... vivo» pensó Levy mientras se iba acercando.

—¿Gajeel?

—No permitiré... que le hagáis... daño a Levy.

—¡Gajeel! —Levy se acercó a él y se arrodilló en el suelo junto a Gajeel y le puso la cabeza sobre su regazo.

—¿Qué te han hecho? — Levy acariciaba el rostro de Gajeel lleno de heridas y con puntos metálicos que alguien se había encargado de ponerle en las heridas que ya habían empezado a cicatrizar junto a los trozos de metal. Gajeel tenía la ropa mojada y estaba temblando.

—¿Estás aquí? ¿Levy? —preguntó Gajeel en un susurro.

—Si, estoy aquí. —Levy se quitó la capa y abrigó a Gajeel.

—Debemos alejarnos de aquí, si nos encuentran te harán daño y ahora mismo no tengo fuerzas para defenderte. —Levy ayudó a Gajeel a levantarse, apenas se aguantaba en pie.

—¿Podrás subir sobre Sombra? — preguntó Levy.

—Creo que si, él va ayudarme —dijo Gajeel refiriéndose a su caballo.

—¿Cómo va a ayudarte?

—Observa... Sombra amigo, abajo.

Levy quedó asombrada cuando el caballo se agachó, Gajeel subió sobre él y Sombra volvió a levantarse.

—Los amigos los encuentras donde menos te lo esperas —dijo Levy acariciando a Sombra, Gajeel agarró la mano de Levy y la beso en la palma.

—Gajeel...

—Levy, sube sobre Fantasma, rápido.

Levy hizo lo que Gajeel le había dicho y se dirigieron hacia la mansión, poco a poco pues si cabalgaban había el riesgo de que Gajeel volviera a caerse.

Cuando divisaron la mansión ya hacía unas horas que el sol se había ocultado, un trabajador estaba fuera con una lámpara de aceite, era Laxus.

—¡Laxus! ¡Necesito tu ayuda! —gritó Levy, Laxus al verlos se acercó a toda prisa.

—¡Señor Redfox!

Laxus cargó a Gajeel en su espalda y se lo llevó al interior.

Levy llamó a Jet para que se llevara a los caballos, se fue hacia el interior de la mansión y se detuvo en el vestíbulo donde hacía tres días Gajeel la había besado diciéndole que volvería.

No pudo evitar  llorar al pensar que le habría pasado a Gajeel si ella no lo hubiera encontrado. Minerva apareció en el vestíbulo, se acercó a Levy y la abrazó con fuerza.

—Gracias, los sentimientos que sientes por mi primo lo han salvado, gracias. —Levy se apartó de Minerva y retrocedió limpiándose las lágrimas.

—¿Sentimientos? —preguntó Levy al darse cuenta de que era la primera vez que lloraba por miedo a perder a alguien desde que su madre había fallecido. Levy empezó a correr hasta que sin darse cuenta se detuvo frente a la habitación de Gajeel, algunas voces salieron de su interior, Levy puso la mano sobre el pomo de la puerta pensando que sentía realmente por Gajeel.

Hasta aquí otro capítulo de este fanfic.
Os quería desear un feliz San Valentín, aunque el amor no sólo se demuestra este día, sino los 365 días del año ❤ ❤ ❤

Besitos xx