CAPITULO 12

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Las invitaciones cayeron pronto: primero se ofreció a llevarme al trabajo, pasarme a buscar por la casa de mi madre e irnos juntos hasta el local. Después de rechazarle esa invitación y las demas pero la tercera fue la vencida, pues me encontró camino a la universidad estaba atrasadísima y no tuve otra opción que aceptar. Era un sábado por la mañana, había pedido permiso en el local para faltar y asistir al último examen del segundo año habían pasado como minino media hora de examen, y no tenía intenciones de entrar tenia nervios y verguenza al mismo tiempo así que decidí no asistir y preparar directamente el examen recuperatorio. Él se ofreció a llevarme a casa, antes de responder bajé la cabeza, miraba mi pantalón de jean para ocultar los lagrimones de bronca y odio hacia mi misma. Cuando se percató de mi llanto, me levanto la cabeza tomándome del mentón y me secó las lágrimas con los dedos. Me consoló y me sacó a dar una vuelta, a pesar de que estaba llegando tarde a su trabajo no le importó pasearme por el centro y hacerme reír casi a carcajadas, pronto había olvidado lo de el examen y de que tenia novio y minutos despues nos estábamos besando. Cuando me llevó a casa, me bajé en la esquina y antes de separarnos nos besamos casi con desesperación. Quedamos en encontrarnos el jueves, a la salida del trabajo. El jueves llamé a mi novio antes de salir del trabajo excusando que no me sentía bien, y que no se preocupe, que al día siguiente nos veríamos. Antes de retirarme llamé a mamá, para avisarle que salía con las compañeras del trabajo y que si llamaba mi novio le dijese que me había acostado porque no me sentía bien, que ella sabía lo celoso que era y que no quería tener problemas con él. Una vez que dejé todo en orden me dispuse a salir del local, justo en el momento en que la encargada comenzaba a marcar los números de la alarma. Al salir, vi que Juan Cruz Me esperaba en su auto a media cuadra de donde estábamos,seguido pensé  en las versiones de sus amoríos con otras empleadas, pero ya a esa altura poco me importaba y sólo pensaba en disfrutar de esa noche.Fuimos a un bar y  después de unas cuantas charlas intrascendentes el alcohol y el ambiente ayudaron para que nos besáramos pronto, él se paró y se sentó del mismo lado que yo estaba, en ese tipo de sillón doble que se han puesto de moda en pub's de buena categoría. Comenzaba a besarme al mismo tiempo que su mano recorría mi cuerpo, pasaba por mis pechos, mi espalda y mi trasero hasta que una de sus manos se detuvo en mi blusa y con dos dedos comenzó a desenganchar unos de los botones del centro de la prenda dejando libertad para poder meter su mano y tocar mis senos. Cuando logró su cometido, metió su mano y la coloco por encima de mi pecho izquierdo, masajeándolo y manoseándolo con desesperación. Sus movimientos comenzaron a excitarme, y mis pezones comenzaban a ganar rigidez.


Continúa.....

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