CAPITULO 29

94 5 2
                                    

-¿Dónde están las toallas en esta casa? Es que no usas o Que?

-Oh, mierda... las toallas están todas en la lavandería y como pensé que no había nadie
...

Se giró.

-Pues tienes que dejar atrás las vergüenzas si quieres salir del baño.

-Que puedo salir yo sola! Márchate.
Saldré envuelta en la cortina si es necesario
...

-¿Preferirías que estuviéramos en igualdad de condiciones?

-¿A qué se estaba refiriendo?

¡No estaba para bromas!

¡Este chico! ¡Cada vez tenía ideas más locas! Pero cuando de repente
...

-¿Qe que qué haces?

-¿No es obvio? preguntó, bajándose los pantalones.

-Vístete...

-Te he dicho que estaríamos en igualdad de condiciones. Ahora estaremos los dos desnudos.

-Pe pe pero ¡Yo no te quiero ver desnudo!

-A diferencia de ti, a mí no me importa desnudarme ante alguien que se muere por mis huesos.

-¿Y ahora qué estás diciendo?

-Que te pones roja cada vez que entro por la puerta de casa por nada en particular? ¿No te cansas de esconderlo?

Cuando se bajó la ropa interior cerré los ojos automáticamente, de forma que no pudiera ver nada.

-Qué chica que sólo sabe pensar en trabajar darse un respiro, masturbándose
...
Mmmm...

-Ahora no me digas que no tienes ganas de seguir...

-¡Cállate! ¡Vete, pero que Fastidio dije.

-Dime la verdad... ¿no te gustaría seguir haciendo lo que estabas haciendo antes?

Me besó tan de repente que ni siquiera lo estaba esperando y lo hizo con tanta pasión y ansia que me derritió por completo.
Basta esto no está bien !!
Y lo que no estuvo bien fue lo que ocurrió después.

Dejó de besarme por apenas unos segundos en los que Quito la cortina de modo que nuestros cuerpos desnudos estaban a la vista del otro.
Pero Wuo que mierda, ¡su miembro es muy cachondo! Se volvió a acercar a mí, recorriendo con su mirada cada parte de mi cuerpo que estaba al descubierto y yo no quería que él viera, intentando taparme con las manos todo lo posible.

Sin apenas darme cuenta de lo que ocurría entre beso y beso efectivamente, No dejó de besarme en ningún momento y aquella sensación era tan trepidante que, a pesar de la incomodidad de la situación al principio, ahora no deseaba que acabara por nada del mundo.

Y si antes estaba tan caliente, ahora como díez veces más...

La calidez de su cuerpo me ponía nerviosa y deseosa a la vez. Sus manos se apretaron más a mi trasero cuando pasé mis manos por su pelo siempre ordenado, ahora todo revuelto. Soltó un gruñido.
Gemí, noté su miembro ahora más cerca que antes en mi feminidad.
...
Mucho más cerca.
...
Se separó de mi boca y me miró intensamente. Supongo que evaluando mi expresión para dar el siguiente paso.
Respirábamos dificultosamente. Llevó su mano a su miembro y lo introdujo a velocidad normal en mí. ¡Dios! aquello fue delicioso!

Gemí, posando mi cabeza en la pared y abriendo la boca.

Sonrió justo después de notar mis contracciones Seguía moviéndose dentro de mi, cuatro, cinco, seis veces...
Gemí a la séptima vez.
Esta vez fui yo la loca que buscaba sus labios, desesperada por tenerle todo lo cerca posible.

Nuestro lenguaje corporal expresaba tan bien nuestros deseos.

- Eres Un Tonto!!

- Soy Tonto Pero lo hago Bien!

- Mmm Admitó que si.

Apenas nos dábamos leves besos, pues apenas podíamos respirar.

Gruñó a la décimo octava vez, haciéndome saber, que el volcán va hacer erupción. Acercó su rostro a mi cuello, Su cercanía me volvió loca.

Aceleró la velocidad, haciéndome creer que las paredes estaban a punto de venirse abajo por el choque que hacía mi espalda en esta.

Ese día mí espalda desapareció por completo.

Pues ya para vez número Setenta todo culminó haciendo que mí estómago explotara de alegría.
____________________________________

Mi RelatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora