Me and the Moon (especial San Valentín) - MB Crow

Aún no despiertes (MidoTaka)

Eran las seis de la mañana y sonaba la alarma, advirtiendo un nuevo día. Shintarou tan sólo al escucharla, la apagó rápidamente, pues aún no se preparaba y que -aunque le cueste- tenía que darle un agradable día ... No era cualquier fecha, sino el mismísimo San Valentín. 

A Kazunari le encantaban esos días y más, si su Shin-chan lo atendía en plan romántico.

  « Bien ... no la ha escuchado  », suspiró relajado.

Lentamente se dispuso a salir del departamento lo más rápido que podía. Recorrió las calles que estaban llenas de flores, corazones, dulces, etc.; lo típico de ese día especial, pero a Shintarou no le atraía nada ... no había nada interesante para regalarle a su novio. Un poco cansado de buscar y buscar por doquier, se decidió por entrar en un negocio donde vendían revistas sobre el Tarot, horóscopos de todas clases, revistas místicas y todo lo que uno podía encontrar, obviamente conocía hasta los bichos que rondaban por ese lugar. Suspirando tomó una revista de Oha Asa para ver que le deparaba la vida, « en el día de hoy, cáncer deberá tomar serias decisiones ... muy bien, era lo que justamente NO quería saber », claramente buscaba esas decisiones. 

  — ¡Midorima, buen día!

   — No tan buenos

  — ¿Qué ocurre?, ¿Por qué esa cara?

 — No se que regalarle a Ka ... a Takao.

  — Pues lo típico, un desayuno lindo, chocolates, alguna que otra chuchería, ¡y fin! 

  — Eso es justamente lo que no quiero, regalarle algo típico ...

 — Busca otras perspectivas ...

  — Claro ... pero, ¿en dónde?

  — Algo encontrarás no te preocupes, además a Takao puedes hacerlo feliz sólo con regalarle una flor, hasta marchita

 — Eso espero ... muchas gracias, Hiro.

Shintarou miró su reloj, habían pasado tres horas y él no tenía nada en sus manos. De repente, sonó su celular — ¿Kagami?  — se preguntó extrañado — ¿Hola?

  — Hola Midorima ... em, quería ... esto ... preguntarte, ¿qué le vas a regalar a Takao?

 — No lo sé ... aún no lo se, ¿por qué me preguntas eso?

  — Creo tener una idea pero antes quería consultarte eso

 — ¿Consultarme a mí?

  — Si ... bueno, ¿podemos encontrarnos en el parque de la ciudad, a las diez?

 — No se a que viene todo esto, pero si tienes una idea para Kazunari, voy

  — ¡La tengo!, ¡te espero!, ¡adiós!

Shintarou no pudo decir ni adiós, que Taiga ya había finalizado la llamada. Eran las nueve y veinte, desde en donde estaba tenía media hora para llegar, pensó un segundo en su novio y se dispuso a tomar el bus.

***

Kazunari, escuchó su alarma y abrió los ojos cansados divisando borrosamente los dedos de su novio apagar la misma. Por un momento se preguntó que es lo que estaba haciendo, pero luego se acordó del día ... catorce de febrero, ¡San Valentín!, su novio seguro le iba a hacer una linda sorpresa que lo seguramente lo haría llorar.

Luego de pasar cuatro horas y sin rastros de su novio por el hogar, se levantó para desayunar ... sólo.

***

 — Kagami ...

  — Midorima, viniste ... que bien

 — Vamos al grano, salí a las seis y aún no vuelvo

  — Esperemos un momento, también van a venir Aomine y Murasakibara

  — ¿Para qué?

 — Te digo que esperes ...

***

  — ¿Qué estás haciendo Shin-chan? — se preguntó en voz alta Kazunari. Justo en ese momento, oye la puerta abrirse y por un momento, su cuerpo se tensó ... ¿con qué sorpresa iría Shintarou?

  Shintarou al llegar, lo primero que hizo fue dirigirse hacia la habitación, que quedaba cerca de la puerta de entrada hacia la derecha. A lo lejos, Kazunari veía sus acciones sentado en una banqueta desde la cocina-comedor y living amplio.

  —  Estoy aquí Shin-chan

  — ¡Oh!, pensé que aún seguías dormido

 — ¿Qué compraste? — preguntó curioso a la vez que ansioso.

  — La revista de Oha Asa

 — ¿Nada más?

  — ¡A sí!, toma es para tí  — dijo el mayor tendiendo una rosa a su novio — feliz ... San Valentin

  — ¡Qué linda, gracias!  — respondió Kazunari, lanzándose a los brazos de Shintarou. Quien correspondió el abrazo, escondiendo media sonrisa.

  —  Sabes ... que yo ... — aclara su voz — bueno, te amo — antes de terminar su novio lo interrumpió.

  —  ¡Claro que sí, yo también te amo mucho!, ahora dime ... ¿vamos a salir a algún lugar? — preguntó el menor separándose un poco de Shintarou.

  —  ¿A dónde quieres ir?, no seas ridículo ... — respondió el mayor, soltando el abrazo y dirigiéndose a la habitación para tomar una ducha.

  —  ¿¡Qué!?, ¡Shin-chan, que malo eres! — dijo Kazunari, aventándole la rosa.

  — ¿No te gusta?, pues no la tires en la cama, esto va en la basura — dijo Shintarou, tomando la rosa dispuesto a echarla a la basura.

  — ¡Sí me gusta!  — gritó el menor, salvando la rosa que estaba a pocos centímetros del cesto.

  — Entonces ponla en un vaso con agua, se va a marchitar rápido  — respondió el mayor, volviendo a sus acciones anteriores.

Kazunari obedeció a su novio mientras escuchaba el agua caer del cuarto del baño.

Toda la tarde pasó de esa manera, Kazunari fulminando con la mirada a Shintarou mientras hacía los que aceres de su casa, mientras el segundo leía en el sillón la revista de Oha Asa.

Eran las ocho de la noche y el cielo ya estaba oscureciendo, un día entero estaba por terminar y Kazunari y Shintarou se la habían pasado dentro del departamento, haciendo nada.

 — ¡Kazunari, me voy!

  — ¿A dónde vas?

 — Sólo me voy ... ¡adiós! — dijo Shintarou tomando un abrigo y dándole a su novio un corto beso.

  — ¿Vas a volver temprano?

 — ...

  — ¿Dormiremos juntos?

 — Claro que dormiremos juntos ... adiós.

Kazunari entonces resignado, se dirigió a la habitación para tomar una ducha, ponerse el pijama y disponerse a pasar las horas en su computadora, esperando el regreso de su novio.