...Me pesan los brazos, la espalda, estoy sudoroso y cansado, pero tengo que seguir cavando.. Más profundo.. tengo que estar seguro de que nadie jamás consiga encontrarlo....Seguir cavando... tan profundo... Mi respiración, la tierra, la suciedad, se juntan todas, es algo que de repente odio, no es la primera vez que lo hago... pero por alguna razón.. me siento sucio... No pienses, cava, te sentirás mejor... SI!.. MEJOR!. Bien, ya es suficiente profundo, ahora a enterrarlo. Ya empiezo a relajarme, ya empiezo a olvidar. De repente dejan de pesarme los brazos, dejo de estar cansado. Pero aparece un hombre encapuchado con otra pala y sin decir nada se pone a cavar a mi lado....Quiere lo que es mio... quiere mis secretos... pero no son de nadie... son de la tierra, son de la oscuridad...Tengo que... Le golpeo en la cabeza, cae redondo, esta sangrando... al descubrirle el rostro me doy cuenta de que tiene un semblante peculiar, reconocible... Es el mismo semblante que ese odioso espejo se empeña en enseñarme.
Ahora tendré que cavar otro hoyo más.
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Guía Para Suicidas
RandomUn rincón donde compartimos literatura personal. - Perdimos el botón que paraba el tiempo -