Capítulo diecisiete.

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Mi cuerpo se sentía como si estuviera en el aire, no podía controlar nada, estaba ahora como una muñeca de trapo, cualquiera podría dominarme y hacerme daño porque estaba vulnerable; en un momento determinado sentí que mi cuerpo retomaba sus funciones nuevamente, volvía a sentir poco a poco mis brazos, mis piernas, y así hasta llegar a mis ojos, intenté abrir mis ojos, en un primer intento no resulto, al segundo intento casi los abro por completo, y el tercer intento fue la vencida, efectivamente logré abrir mis ojos de par en par y  observé que me encontraba en un cuarto oscuro, era de noche ya el aire era lo suficiente fresco y tranquilo para descansar y caer en los brazos de morfeo...

Desvio pronto mi mirada de aquella inmensa oscuridad y palpo con mi mano la superficie en que me encontraba acostada, y para mi sorpresa me hallo en una cómoda cama con sábanas completamente blancas... ¿cómo había llegado aquí? Me empecé a cuestionar en medio de mi estado de shock...

Intenté visualizar en medio de la oscuridad que reinaba otro detalle que me hiciera cuestionarme mucho más, tenía razón, mis vista no falló, llevaba un saco negro que cubría gran parte de mi cuerpo, ¿qué era esto, porqué llevaba ésta prenda en mi?

No lograba recordar nada de lo que quizás me había sucedido en un pasado no tan pasado, las memorias eran recientes, pues presentía que mientras no abría mis ojos algo extraño había sucedido, ¿algún cambio? No lo sabía, pero esperaría a la expectativa a cualquier situación.

De repente mis ojos se posaron en un reloj de pared que había justamente al lado de un estante que se ubicaba al lado de la cama, el reloj marcaba las once en punto de la noche.

Pronto siento como se abre la puerta cuidadosamente la puerta de la habitación y me lleno de temor. Aún no lograba hacimilar la realidad con la ficción...

Luego de unos segundos me topo con unos pálidos pero profundos ojos azules que ya conocía perfectamente y me fascinaban de alguna manera...

...Era Kurt... Él...estaba conmigo cuando más le necesitaba...

Derramo lágrimas de angustia, toda aquella situación poco inusual me tenía un poco agobiada... Necesitaba saber que mierda estaba sucediendo, si de verdad se me había aparecido aquella mujer que decía ser mi madre...Ya volvían mis memorias...

- Anna...-Kurt susurra dulcemente y me examina con ternura mi rostro, luego suavemente me seca mis lágrimas con sus manos que cada vez más hacían que los latidos de mi corazón se aceleraran.

- Kurt...tengo miedo... Tuve una pesadilla que me hizo sentir como si de verdad estuviera dentro de la pesadilla... No...no sé que creer...-dije nerviosa pero al final se me quebró la voz y comencé a entrar en un llanto desperado, casi que interminable...

Los brazos de Kurt me envolvieron en un profundo abrazo que me reconfortó mi alma.

- Anna...yo estoy aquí... Todo estará bien. Sólo ha sido un mal sueño, trata de dormir...cuentame todo mañana. -dijo él con ternura y paciencia. Kurt iba a salir de la habitación y pronto lo detuve con mi mano, no quería estar sola, no en éste estado en que me hallaba... Lo necesitaba a él más que a nada en el mundo...

- Kurt...no te vayas, no quiero dormir sola -dije en susurros y él sonrió...en unos segundos se acostó en la cama a mi lado y cogió una de las sábanas y me la echó encima de mi cuerpo...acto seguido me abrazó con fuerza y me terminó de arrullar quedando profundamente dormida.

Le amaba... A él...

Destino a lo Evidente  (Kurt Cobain) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora