Capítulo dieciséis.

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Estaba en mi parque favorito de Des Moines, Iowa, mi cuidad y estado natal... Me encontraba acostada en el césped mirando las nubes que parecían algodón, y el cielo era de un hermoso azul celeste que se fusionaba con el sol e iluminaba el día. Sin duda era un día perfecto para estar junto a la naturaleza,deseaba jamás irme de aquel paraíso.

Vuelvo a conectarme en el cielo y detallo una nube en particular, una que capta toda mi atención. Se trataba de una figura en forma de corazón y en la mitad del corazón se hallaba una llave.

Aparentemente a simple vista tan sólo habían aparecido las figuras por casualidad, pero viendo las cosas desde otro punto de vista lógico, esto no apareció por casualidad, se trataba de una señal sobre lo que estaba viviendo ahora y quizás de lo que iba avecinarse. La llave significaba las respuestas que debía conocer para llegar a la verdad de todo y así tener una pequeña fracción de felicidad. El corazón significaba la verdad que debía alcanzar a conocer, pero para llegar la verdad debía cruzar un camino llenos de obstáculos difíciles de atravesar.

Pronto me levanto del césped y camino un largo rato por aquel parque natural que tanto me gustaba, recorrí el parque infantil, las pequeñas tiendas de alimentos que había alrededor, detallé una pequeña cancha de cemento de baloncesto... Caminé por un rato y llegué a un lugar dónde jamás había alcanzado a visitar del gran parque de Des Moines.

Se trataba de un hermoso lago de agua cristalina que provenía de una abundante y fresca cascada, emanaba cierta tranquilidad... Y ahora necesitaba la tranquilidad.

- ¿Anna? -dijo una voz femenina que era desconocida para mi.

Me di la vuelta para observar de quién era aquella voz, para mi sorpresa me encuentro con unos ojos color esmeralda que me hacia recordar de que en alguna parte los había visto, pero no sabía en que parte...

Los ojos esmeralda eran de una mujer cabello negro como el carbón, un poco más alta que yo y llevaba un vestido amarillo con flores blancas, estaba descalza y era de tes blanca como la nieve, la verdad tenía cierto parecido a Blancanieves, pero su cabellera le llegaba hasta su cintura.

- ¿Quién eres? -dije con voz algo temblorosa. Por alguna razón me daba temor cada movimiento que hacía la mujer...porque sentía que emanaba oscuridad en su alma.

De repente todo se quedó en un largo silencio sepulcral... Y sin pensarlo, de un momento a otro la mujer me sujetó de mi camisa de franela a cuadros, mientras que yo sólo empecé a sudar frío...tenía tanto pánico como nunca antes lo había sentido.

- ¡Escuchame bien, perra! Yo soy tu jodida madre, pero ni si te ocurra ir a buscarme ése cinco de abril del año mil novecientos noventa y cuatro, porque te juro que tú curco bein, o como se diga... La pagará toda y tú te quedarás atrapada en el vacío del tiempo eternamente.

Grité lo más alto que mi garganta pudo y todo se nubló nuevamente de negro...

Destino a lo Evidente  (Kurt Cobain) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora