Mi Jefa o Mi Esposa

Capitulo 28

MEGAN

-Tranquila Megan, no hará nada nos encargamos de que al área donde va ser la recepción no se acerque- me dice Roció

-Vamos reina que tu suegra estaba preguntando por ti, no dejes que arruine este día- me dice Raquel

-Las quiero un montón chicas sois las mejores- les digo mientras las abrazo.

-Y nosotras a ti Meg, siempre juntas-

Superada mi pequeña crisis nos vamos hacia el salón de mi casa donde hay pinzas, secador cualquier utensilio de belleza lo encontraras aquí, se acerca la hora del almuerzo le mando un texto a Andrea para que pida comida a domicilio y nos las traigan a casa, almorzamos tranquilos para luego seguir arreglándonos cerca de las tres de la tarde Ana, Sam y Kate se van y quedamos de vernos en el hotel a las 8:00pm, las siguientes en arreglarse son Mamá, Roció y Raquel le insistí a nana para que viniera con nosotras pero no hubo forma de que aceptara por lo que solo falto yo para terminar de arreglarme.

Mientras ellas están hablaban con mamá de cómo les fue en el viaje a parís decidí mandarle texto a mi sexy novio, tenía que concentrarme en algo que no fuera valentino porque me imaginaba como hacerlo picadillo y ninguna m resultaba suficiente para lo que le quería hacer.

Decido jugar un ratito con él.

Yo:

Te extraño.

Sebastián:

Yo también te extraño nena.

Yo:

Te necesito aquí.

Sebastián:

¿Que necesitas nena?

Yo:

A ti, en la pared, en el baño, en nuestra cama.

Solté una risita y ellas pararon de hablar y se me quedaron observando solo les di una graaaan sonrisa, y seguí mirando el teléfono.

Sebastián:

Oh nena no me digas esas cosas cuando no estoy cerca.

Yo:

Jajajaja, ¿qué haces cariño?

Sebastián:

Eres una niña muy mala ángel, me las pagaras hiciste que se me ponga dura pequeña calienta pollas. Estoy en mi casa con Santiago.

Yo:

Ummm ¿la tienes dura?

Sebastián:

Muy dura

Yo:

Bueno si estuvieras aquí me pondría sobre mis rodillas, desabrocharía tu pantalón y bajaría tu bragueta para luego sacar tu uumm jugoza, larga, gruesa y caliente polla para luego lamer desde el centro hasta la base jugando un rato contigo hasta que empezaría a chupar con fuerza y así venirte en mi boca y poder saborearte.

Dios si hasta yo estoy húmeda de solo imaginarme eso, lo mejor será desviar la conversación.

Sebastián:

Sabes que me has hecho derramar mi cerveza provocadora, quiero verte haciendo eso que me acabas de escribir pequeña.

Yo: