2 da parte

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Nota: holaaaa!!! Bueno grasias por esperarme y bueno quiero avisar que metí a unas amigas más y que por pura sorpresa nos les diré quienes son y quienes son sus parejas pero espero que les guste no mentiras si les voy a decir metí a dos amigas que se llaman Valeria y Cristina y sus parejas son chan chan chaaaan Mario casas y Justin Bieber
Claro Valeria es la pareja de Justin y Cristina de Mario
Espero que les fuste 
Gracias
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El silencio y profunda tranquilidad de la aldea se esfumó en un instante. Los gritos humanos resonaban en los rincones de cada vivienda. Algunos se escondían, otros intentaban defender su lugar de paz. Obviamente sin muchos resultados.
Cuatro lobos de diferentes tamaños y apariencia emergieron del bosque; gruñendo y aullando por el dolor de los suyos. Igualmente para demostrar quién era más fuerte y quien en realidad era el que tenía miedo.

Las reglas ya no existían más. Aunque no lastimarían a ningún humano tal y como se lo prometieron al líder. Aunque ¿que más daba? Ellos no pertenecían a esa manada pero como buenos visitantes cumplirían las reglas.
Los cuatro lobos tomaron su forma humana mostrando a dos mujeres de altura mediana y piel morena clara una con el pelo chino y otra con el pelo lacio ambas castañas y a dos hombres uno con el pelo rubio y ojos miel, piel dorada y con buen cuerpo, el otro pelo negro y ojos negros, piel morena y un excelente cuerpo.

Algunos hombres que intentaban defender la aldea, tomaron algunas armas para enfrentarse, sin importar que sus extremidades temblaran del miedo. Su ambición de pelea fue destruida por esos mismos a quienes temían en poder. O más bien, a quienes les hicieron creer que los lobos eran lo más despreciable y terrorífico.
Sus armas fueron arrebatadas y quedaron al descubierto completamente vulnerables. Su sentido de supervivencia era más fuerte que el orgullo. Así que se rindieron.

Una de las dos hembras tomó a uno de los hombres del cuello y exigió por una respuesta.

— La mujer, ¿Donde la tienen?

— E-En el calabozo...— tembló.

— Muéstrame el camino.

La entrada al calabozo no era muy diferente a las demás que había visto en su vida. Solo una habitación en medio de la nada que conducía hacia el fondo como si de un laberinto se tratara. Los hombres se quedaron fuera vigilando, mientras ellas buscaban a la mujer humana.

El lugar era un completo asco. El polvo apenas les permitía respirar y las telarañas se les enredaban en el cuerpo. ¿Cómo podían tener a un humano en esas condiciones? Y aún más embarazada. Sin embargo, ninguno de ellos lo sabía. Si lo hicieran, ya la habrían ejecutado.

— Diablos, este sitio es una porquería. — escucharon una voz masculina detrás de ellas.

— Pensamos que se quedarías vigilando.—mencionó sarcástica la pelilasio.

— Si, bueno, pensé que me necesitarías por aquí.— trato de seducir a su pereza el rubio

— Vuelve a tu lugar, Justin . — ordenó la de pelo chino preguntándose donde se quedo su pareja.

El licántropo iba a desaprobar su orden, hasta que un quejido los obligó a detenerse un segundo. Ese definitivamente era un sonido de dolor y la peor situación se les cruzo por la cabeza. Si algo le sucedía a la mujer, sería imposible detener a Harry. No solo con Iván, sino con cualquiera que se le cruzara en frente. Él ya había perdido el control.

— ¿Decías?— menciono con superioridad el ojimiel viendo a la de pelo rizado, tomando la mano de la de pelo lacio.

La hembra lo fulminó con la mirada y se apresuraron a llegar a donde estaba la humana. Los tres palidecieron en cuanto percibieron el olor a sangre y se quedaron sin habla al verla sobre el suelo.
El líquido rojo le cubría parte de la pierna y el corte del mismo comenzaba a infectarse a causa de la suciedad del calabozo. Ella temblaba con intensidad, sus dientes castañeaban y su piel ya no tenía color. Aún así, intento apartarse; intentando protegerse, a ella y a su bebe.

El lobo que se enamoro de Caperucita Roja  (Harry S. Y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora