2da parte

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Algunos de los muebles que consiguió en uno de tantos viajes estaban cubiertos de polvo. Se encontraba sentado sobre una silla mirando hacia la nada. A veces caminaba en círculos o intentaba pensar el algo más que no fuese su pareja, o su bebe.

De igual manera nunca los sacaría de su cabeza, ni los apartaría de su vida. Era simplemente imposible de hacer.

Se encontraba en un gran dilema. Cuando ________ se desplomó en sus brazos sintió que el mundo se le caía a pedazos y, cuando percibió el olor a sangre, una parte murió dentro de él. Su instinto asesino despertó con la furia, Iván había herido a __________, su __________.

Tuvo que utilizar todas sus fuerzas para contener aquel sentimiento y pedir ayuda. Se quedo con ella hasta que el último de los lobos a cargo de la medicina en la manada le explico que todo estaría bien. La herida era profunda pero sanaría gracias al poder del cachorro y los genes licántropos en él. Ella, al ser una humana, no tenía la misma resistencia, así que su cuerpo se recuperaría más lento. Incluso podía tardar días en despertar.

Y ya habían pasado tres.

Se negaba a tocar a _________ de cualquier forma. Temía hacerle daño, a los dos.

La noticia de que sería padre le inundaba el pecho de felicidad. Por fin tenía todo lo que siempre anhelo, y le asustaba perderlo, o ser él mismo quien se arrebatara la felicidad. Siempre sería diferente y sufriría por su autentica naturaleza. Ojala hubiera nacido en una manada cualquiera, así no se preocuparía por nada.
Pensó que el estar unido suprimiría esa parte bestial e incontrolable, obviamente no era tan cierto como espero.

Perdió el control cuando Iván le mostró las prendas con rastros de sangre y se dejo llevar por la ira. Aún la sentía hirviendo dentro de él, al igual que la imagen de __________ en su cabeza.

Antes de vincularse, cuando solía perseguirla a todas partes en el bosque, recordó su postura al leer, la manera en que sus delicados dedos daban vuelta a las páginas, como sus ojos seguían atentamente la lectura. Podría mirarla por toda la vida.
En una ocasión ella lo había descubierto. Sus ojos se encontraron y la más tímida, embelesadora y bella sonrisa se formó en esos perfectos labios. Esa era una mirada que podía poner de rodillas a Harry. Ese fue el momento exacto en que supo que no habría alguien más para él. Incluso si ________ no lo aceptaba, él no amaría a nadie más. Afortunadamente, ella era suya, estaba a salvo, pero era él quien ahora dudaba.

Se pasó las manos por el rostro y se puso de pie, gruñendo. Aún podía percibir el aroma de _________ mientras estuvo a su lado. Su esencia aún permanecía en su nariz. Debería volver por ella y cuidarla hasta que despertara. Sin embargo, le pareció una buena idea tomar al menos unas horas para controlar sus sentimientos, convencerse de que todo estaría bien.

Pero, ¿Y si no lo estaba? ¿Y si lo rechazaba?

Momentos como ese, envidiaba a los humanos por sus sentidos débiles que hacían que el alcohol eliminara sus penas hasta que el efecto desapareciera. Los licántropos no podían embriagarse. Además, no sería apropiado.

Dio un pequeño paseo por la cabaña. La había encontrado abandonada años atrás y decidió tomarla como suya. Estaba deteriorada, pero el tiempo libre le dio algo que hacer. También conservaba ciertos muebles. Parecía que los humanos que la habitaban dejaron todo atrás.

No fue hasta que percibió un aroma familiar que salió de su ensoñación. Perdió el sentido de sus pensamientos y cuerpo al percibirla. El pulso se le aceleró y se apresuró a llegar a la entrada. Antes de que pudiera escuchar los golpes, abrió la puerta.

________ se quedo con el puño en el aire, que bajo lentamente sin apartar la mirada de él. No pensó que el verlo de nuevo la dejaría sin aliento, sin palabras. Él estaba increíblemente sexy con ambas manos apoyadas sobre el marco, con una postura demandante y atrayente por naturaleza. Alto y masculino. Ni siquiera podía pensar mientras una oleada de emociones la atravesaban.

Harry no podía respirar cuando miró dentro de esos ojos cafés que resaltaban la belleza e inocencia de su pareja. De su ________.

Dios, ella era tan hermosa. Ante él estaba la mujer que deseaba desesperadamente.

— Harry. — pronunció su nombre, rompiendo el silencio que se había hecho entre ambos.

El sonido de su voz le encogió el estomago, calentando su cuerpo solo con la cercanía. Anhelaba estirarse, tomarla entre sus brazos y besarla. Pero ella aún podía seguir lastimada, podría herirla más si la sentía más cerca.
Se trago el deseo que sentía por ella y retrocedió, porque honestamente, no confiaba en su propio control.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — el tono duro de su voz la hirió. Lo supo por su expresión.

Si no lo conociera mejor, juraría que estaba tratando de que lo odiara. Obviamente no se lo permitiría, no dejaría que se lastimara de esa manera con aquellos pensamientos egoístas.

— Puede que sea una humana, puede que no sea tan fuerte como lo quisiera, se que puedes romperme el cuello sin ningún esfuerzo, ¿crees que no lo sé? — Cuestionó — No me interesa lo que seamos mientras estemos juntos. Quiero estar contigo.

La miró y la miró por largos segundos, hasta que por fin respondió.

— Soy inestable, te puedo hacer daño.

Ignorando su posible reacción, rompió las distancias y posó una de sus manos sobre la mejilla de él, obligándolo a mirarla.

— Me amas, ¿Cómo podrías hacerme daño?

La dulzura en su mirada y tacto lo endurecieron. Apretó los puños y se maldijo mentalmente por ser tan débil ante ella.

— No hagas esto, _________. — rogó. Se sentía de lo peor, ¿Cómo podía desearla tanto si aún estaba herida?

_________ lo ignoró. La única manera de eliminar sus dudas era demostrarle todo lo que sentía por él. Su cuerpo estaba bien y ansiaba el tacto de Harry. Sentir sus fuertes manos acariciarla y propiciarle el placer con solo un roce.

Ella se estiró hacia él, tomando su rostro con ambas manos. Él se quedo inmóvil. Si ella lo tocaba sería incapaz de contenerse. El plan de _________ no había sido nada más que un beso, no lo obligaría, ni tampoco tentaría para que estuvieran juntos, pero ella ya era una tentación.

En el momento en que sus labios se rozaron, lo oyó gruñir al mismo tiempo que la atraía a sus fuertes brazos y la llevaba hacia la habitación. Él violo su boca con pasión, mordisqueando sus labios gentilmente, bajando por su mandíbula hasta su cuello; lamiendo, incitando su deseo.

_______  jadeó. Sus pechos se hincharon, su cuerpo ardía en cada parte que él tocaba. El centro de su placer palpitaba en dolor, en necesidad. Quería sentir su boca, su piel desnuda contra la suya. 

— Debería detenerme. — le dijo con la respiración acelerada.

— Por favor...

— Aún estas herida.

— Tócame. — pidió. Si fuera la misma chica antes de todo lo sucedido, jamás habría pronunciado esas palabras. No obstante, sintió como sus hormonas encendían su cuerpo; podría ser el embarazo o simplemente la sensación de él llenándola.

El lobo que se enamoro de Caperucita Roja  (Harry S. Y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora