Encuentro

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Las ropas que cubrían sus cuerpos humanos se hicieron pedazos en segundos al cambiar de forma. Los músculos de ambos se contrajeron para adaptarse a su segunda apariencia, asimismo como los colmillos y garras surgían para un mayor daño en batalla. Para Harry, esta pelea no era nada más que el final. Iván podría haber sido alguien de su familia, pero ya no más. Su vista estaba cegada por la ira y venganza. Dentro de su mente la razón se perdía cada vez más.

Uno de los grandes problemas de su linaje puro, era su comportamiento destructivo. Algunos podían manejarlo, otros no. Si bien los licántropos ya eran una especie temperamental, extremadamente territorial y todo menos apacible, para él era cinco veces peor controlar ese tipo de emociones. El vínculo lo domesticó, pero todo cambiaba si alguien osaba a lastimar a su pareja de alguna u otra forma, justo como lo había hecho Iván. Y eso nunca se lo perdonaría. Incluso si el abuelo lo expulsaba de la manada y lo odiaba para toda la vida.

Y aunque mantener a la familia unida era importante, _______ se había convertido en su prioridad. Ocupaba la mayor parte de sus pensamientos y su corazón le pertenecía. La posesividad y el sentido protector como su pareja estaban alertas y listos para atacar. Su animal interior deseaba la sangre del imbécil que tuvo el valor de herirla y le arrancaría la cabeza. Nadie tocaba a ________. Nadie.

Hacía años que Iván no tomaba su forma lobuna, por lo que la energía acumulada brotaba de su forma bestial. Odiaba ser un hibrido. La forma humana dentro de él era más fuerte que la lobuna. Era más humano que licántropo. Y lo detestaba.

La diferencia de los demás yacía en su naturaleza. La mayoría de los lobos tenían la capacidad de convertirse en humanos, por lo que su parte animal era la que regia en su cuerpo, aun conservando ciertas características humanas. Él en cambio, al ser hijo de la mezcla de un humano y un licántropo, lo convertía en un espécimen único, y más débil. Comúnmente en este tipo de uniones, los genes humanos terminaban ganando.

Siempre se sintió inferior a todos los demás. Mientras otros se dejaban llevar por su instinto, él tenía que pensar en cómo actuar. Otros vivían su vida plena disfrutando lo que eran, pero él no pertenecía ahí. Era más humano que licántropo. Era diferente.

Con el tiempo, se convenció de que solo la diferencia estaba dentro de su cabeza. Obligo a su cuerpo a ser como lo demás lobos. Ganó la fuerza necesaria para enfrentarse a los otros y asegurar su puesto como el siguiente líder de la manada. Obtuvo el respeto que necesitaba para salir adelante y no ser la sombra de su padre: Makarov.
A decir verdad, nunca lo odio o le guardo rencor por su condición, ni tampoco a su madre humana. Mucho menos a ella, la que tanto amor le había dado. Con Makarov, las cosas cambiaron el día en el que decidió llevar a aquel cachorro a la manada y adoptarlo como su hijo.

No le molesto. Harry era solo un pequeño en aquel entonces, mientras él ya tenía la edad madura para comprender las acciones de su padre. La mayoría de los miembros en la manada negaron al cachorro en un principio. Percibieron la amenaza de su linaje gracias al instinto que poseían, Iván era menos consiente en este aspecto, por lo que su parte animal no se percató de la advertencia.
Lo comenzó a notar a medida que crecía. Estaba consciente de la manada la cual había pertenecido, solo que el poder que amonaba en su cuerpo tomaba más fuerza de la que debería. Y así se convirtió en un zagal.

Solo con quince años, el zagal ya derrotaba a los lobos más tenaces de la manada, incluso a los más viejos. El potencial en Harry era visto por todos, y aseguraba que también por su padre.
Pronto, los rumores sobre el siguiente líder se inclinaban más hacia alguien que no era él. Las misiones que Makarov solía darle comenzaron a ser para Harry. Poco a poco fue perdiendo el lugar que con tanto esfuerzo se había ganado, solo por un idiota que llegó de la nada y que no era nadie. Y eso fue justamente lo que intento demostrar. Que el zagal no era nadie en su manada, algo que obviamente no salió como esperaba. ¿Qué ganó con eso? Solo la vergüenza de ser un hibrido remplazado por una raza pura y superior que ni siquiera era su familia.

No era justo.

Así que decidió irse.

Fue una partida que nadie resintió, que a nadie le importó. Al final, nunca logró adaptarse, ser como los demás. Por lo que decidió aceptar su parte humana y así herir a todos los que le habían hecho lo mismo. Burlarse como ellos se burlaron.
Poco a poco se introdujo en el mundo de los humanos, yendo obviamente a la aldea más cercana, a la misma a la que pertenecía su madre. Pensó que al menos ella no lo rechazaría, y no lo hizo. Solo que sus ideas se inclinaban hacía los licántropos y la aceptación entre las dos razas. Después de todo, siempre tendría sentimientos por su padre y los lobos que la protegieron durante su embarazo.

Iván no deseaba la misma paz que su madre, así que tenía que hacerla a un lado. Se ganó la confianza de los aldeanos, al igual que el dominio de sus miedos hacia una especia diferente y superior; poniendo en contra a los aldeanos con su madre. Fue algo que ella tampoco aceptó. Al final, decidió apartarse de sus ideales a una cabaña en el bosque, y para él fue lo mejor.
Su madre quedaría libre de la pelea que se avecinaba y conseguiría su objetivo. Había matado a un pájaro de un tiro, y ahora le faltaba el otro.

Harry se lanzó sobre él y rodaron por las rocas sin dejar de atacarse el uno al otro. Eran dos bestias feroces luchando por un propósito, su propia justicia. Se golpeaban contra troncos, piedras puntiagudas y cualquier cosa que se les atravesara mientras caían por la colina. Iván clavaba sus colmillos en Harry, sacudiéndolo con fuerza para arrancar al menos una parte de su gruesa piel o romper algún hueso, mientras el otro lobo hacía lo mismo.
Podían saborear la sangre de su enemigo, porque ambos sangraban por las heridas profundas de las mordidas. Ninguno de los dos cedía. Y ninguno de los dos se detendría hasta que solo uno se mantuviera en pie.

Algunos de los lobos colina abajo debieron notar el altercado y fueron rápidamente en busca de ayuda. Detenerlos en si ya era una tarea difícil, pero no imposible. Principalmente porque tenían con ellos un arma para detener a Harry. Iván sería más fácil de controlar debido a su parte hibrida.

Makarov percibió el conflicto en un segundo y, al poco tiempo, ya se encontraba observándolos pelear. Liam, Luisa, Paola, Niall, Zayn, Alejandra, Luis y Naomi llegaron detrás de él.

— ¡Carajo! — maldijo Zayn. Una pelea entre el más poderoso de los licántropos y otro que podía hacerle frente no terminaría nada bien.

— No vas a hacerlo. — le advirtió su pareja. Lo conocía muy bien como para saber lo que pensaba —. No dejaré que te metas en su pelea.

— Quiero que los mires, Alejandra. ¡Solo míralos! — Señaló —. Si no los detenemos se van a matar.

— Y serás tú quien termine muerto si tratas de separarlos. Si mueres, yo muero, y eso no va a pasar. No lo harás.— dijo inste ricamente  Alejandra. ¿ es que Zayn la quería dejar viuda o que?

— Nadie lo hará. — el líder los interrumpió —. Es imposible intervenir.

— ¿Y qué podemos hacer? — cuestionó Niall mientras era agarrado por Paola que estaba temblando de ver cómo es que Harry e Iván peleaban y sostenía más fuerte a  Niall  para que no se le ocurriera lo mismo que a Zayn y decidiera meterse a la pelea.

Luis veía a su amigo obtener más cortes en su forma lobuna —. Harry ya estaba herido antes de esto. Lo siento, Makarov, pero yo no puedo estar mirando mientras se hace más daño. Me importa una mierda lo que le suceda a Iván, aunque sea tu hijo.— trato de controlarse al notar que Naomi temblaba de miedo.

— Ambos son mis hijos, Luis. — gruñó. Entendía su molestia, pero no estaba de ánimos para escuchar quejas —. La única que puede ayudar, es ________. Harry solo la escuchará a ella.

En su condición, lo dudaba. Aunque valía la pena intentar.

— ¿Quieres que vaya por ella?— propuso Liam mientras se despegaba un poco de Luisa que estaba temblando de solo ver lo que pasaba, el también quería meterse pero con eso solo iba a conseguir que el se lastimara y con eso solo iba a lastimar a Luisa.

— No es necesario, ya he enviando a alguien.

Vaya, eso era rápido.

— ¿Quién?— quisieron saber los chicos.

— Es alguien que la traerá a salvo y atacara a cualquiera que se cruce en su camino.

Lo único que Los chicos pudieron hacer, fue maldecir en sus cabezas.

El lobo que se enamoro de Caperucita Roja  (Harry S. Y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora