Loving my life with you

Capitulo 19

Harry condujo de vuelta a casa, íbamos hablando de cualquier cosa, la verdad que Harry era muy agradable.

- Llegamos –dijo Harry aparcando en su garaje, bajé del coche y Harry más tarde hizo lo mismo. Harry me acompaño hasta la puerta, saqué la lleve y abrí la puerta, Harry entró para mi sorpresa.

- ¿Dónde vas, Harry? –Dije extrañada, lo seguí hasta el salón y vi a Robert sentado en el sofá mirando la tv- Hola, Robert

- Hola, enana –dijo levantándose para luego abrazarme- Me tenías olvidado ya eeh.

- Jajajaja que va, he estado ocupada –dije mirándolo, Harry carraspeó y me  acordé de que no se conocían- Robert, él es Harry, Harry él es Robert.

- Encantado –dijo Robert tendiéndole la mano para saludarlo, Harry la tomó y le las apretaron- ¿Tú eres el que ha hecho que Ted se olvide de mi eeh?

- Supongo –dijo Harry, se relajó y rió.

- Rob, ¿Qué te trae por aquí? –pregunté intrigada.

- Oh, verás, tu tío quiere cambiar el gimnasio de sitio, ya que la gente que está viniendo es muy… Diferente al tipo de gente que queremos. Por lo tanto ha comprado un  terreno bastante lejos de aquí y las maquinas que tiene en este gimnasio no le sirven, por lo que me ha dicho que te las dé y que practiques deporte tú en tu casa ya que tienes el espacio suficiente, para que no tengas que conducir mucho.  

- Eeh, esto ¿Dónde se supone que las pondré? –pregunté ya que no tenía una sala tan grande como para poner todo lo del gimnasio.

- En el sótano, te lo he mirado y caben bastantes, los que no caben los venderé o regalaré.

- Vale, ¿cuándo me los traerán?

- Cuando quieras, pero yo primero limpiaría un poco el sótano y lo pintaría y pondría electricidad en él.

- Esta bien –dije suspirando, no me apetecían reformas ahora mismo, me esperaría a la semana que viene, ya que esté fin de semana estaría Nat y no quería que estuviera con reformas ni nada.

-  otra cosa –dijo Robert- La chica esa de la empresa de modelos, me ha vuelto a llamar, que ¿qué opinas de ser modelo? Me está estresando mucho.

- Que pesada, ya veré. Dile que si te vuelve a molestar, que ni lo intenté porqué será un rotundo no.

- Ok, ok. Me voy que me esperan –dijo sonriendo.

- ya te has echado novia y ni me lo dices –dije haciendo un puchero.

- Igual que tú con Harry, no me has dicho nada –en eso tenía razón, pero Harry y yo no éramos nada, tampoco le tenía que decir algo. Iba a protestar, pero él se adelantó- adiós, Ted, Harry.

- Adiós, Robert –dijo Harry.

- Bye, Rob –dijeron Em y Mad desde arriba. Acompañé a Rob hacia la puerta, le di un abrazo y él se fue, volvía entrar y Mad, Em y Maggie estaban tumbadas en el sofá, Harry estaba en la cocina así que fui hacia allí.

Él sacando una botella de agua de la nevera, cogió un vaso y se lo puso, bebió agua sin enterarse de que lo estaba mirando. Sigilosamente avancé sin que se enterase y desde atrás le tiré el vaso para arriba, haciendo que se mojara toda la camiseta y se atragantara. Me puse a reír como una histérica, Harry se miró la camiseta y vio como estaba empapada, me miró a mí amenazadoramente pero yo no podía parar de reír. Harry abrió los brazos como un abrazo.

- Ven a aquí pequeña –dijo acercándose a mí, descubrí sus intenciones y fui rápidamente hacia el patio para que no me mojase.

Harry me seguía de cerca, ambos corriendo, me escondí un momento en una pequeña caseta que había, estaba vacía ya que no necesitaba poner nada. No veía a Harry por ningún lado, salí un momento para buscarlo y una manguera me mojó entera. Cuando salí del shock, vi a Harry riéndose junto al grifo y con la manguera en la mano, yo estaba empapada y él solo tenía la parte de arriba mojada. Le miré asesinamente y Harry rió aún más, me fui acercando a él y él iba cada vez más cerca de la baya que separa mi casa de la suya, empecé a correr y por suerte le cogí a pocos segundos de que pudiera saltar la baya, le abracé muy fuertemente, haciendo que Harry quedara bastante mojado, pero no tanto como yo. Me reí aún abrazada a él y Harry también empezó a reír, con un rápido e inesperado movimiento, Harry me alzó en el aire, y me puso en su hombro, se quitó los zapatos y me los quitó a mí también.