Tú eres Mío

Tu eres Mio

— Recuerda a quien perteneces — dijo cogiéndole el mentón para que la mirará a los ojos

— Pero por eso no me puedes tratar de esa manera — respondió mirándola ceñudo

— Te trato como se me da la ganas después de todo pague 10 millones de dólares por ti, así que te quede claro quien es tu dueña — dijo dándole un fugaz beso en los labios — Y no vuelvas a hacer esas cosa, no creas que por dándote de cariñoso con ella me provocaras celos a mí. Después de todo a una mujer que ha tenido cientos de hombres en su cama, tu eres un simple mocoso — sonrió

— Pues eso no se reflejaba en tu rostro cuando me veías con ella — contraatacó para evitar que sus palabras le dolieran más de lo que le dolía su manera de tratarlo — Ni la manera en la que la veías, con completo odio

— Deja de hacerte ideas falsas de lo que no es, ya te lo he dicho mil veces para que yo tenga celos de ti, primero debo sentir algo por ti — dijo soltándole el mentón y alejándose de él — No vuelvas a repetir tales estupideces delante mío — salió de la habitación dando un fuerte golpe 

Llevó sus manos a su rostro y se recosté sobre la cama para tranquilizarse. No entendía cómo había podido enamorarse de esa clase de mujer, tan fría y tan cruel cuando estuve enamorado de alguien dulce y amable. No lo podía entender será que algo estaba mal con él o tal vez no era así.

«Uno no siempre se enamorara de la persona que quiere sino de la menos esperada»

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