Capítulo 20

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Tratar de perder al enemigo le había costado un sobresfuerzo al recordar todas las rutas que conocía. Tenía a un herido inconsciente en la parte de atrás y el hijo de puta de su perseguidor no pensaba darle tregua a descansar. La oscuridad de las calles le daba una ventaja para poder esconderse, no le quedaba de otra debía de perderlo entre los edificios abandonados. Condujo a la zona residencial antigua que últimamente estaba en planes de remodelación. Nadie se atrevía ir ahí porque pronto se derrumbarían la mayoría de sus edificios. En una vuelta trato de perderlos, se metió a un edificio y condujo hasta otro piso. Apagó el motor del carro y espero a que su perseguidor se rindiera y se fuera. Se dio una vuelta para ver a Nikolay, se acercó y toco su frente con la mano, su temperatura estaba elevada. Como sospechaba por su respiración irregular tenía fiebre, le había ya aplicado la medicina solo faltaba sacar la bala de su hombro. Debía de irse de una vez, pero dado su estado ahora le era imposible.

Scarlett miró por ambos lados, no creía que le sería fácil escapar, dejó caer la cabeza sobre el asiento y se llevó la mano a los ojos. Se sentí muy cansada, todos sus planes no salieron como tenía y la frustración hacía mella en su cuerpo. El motor de un carro hizo que se pusiera alerta, desenvaino su arma y uso unos visores ultravioletas que tenía en su auto. Un deportivo se acercaba a su posición, solo había una persona en el automóvil, el conductor que parecía saber donde estaba. El auto se estacionó frente a ella, una luz pasó tras ella haciéndole girar al ver una especie de farol dando la vuelta. La luz volvió a pasar y estaba vez creyó distinguir a la persona que estaba en el auto.

Jamás podría olvidar ese rostro ni mucho menos esa sonrisa que tanto había empezado a odiar. Green no le había mentido, ese hombre estaba de vuelta en la ciudad, no el vasto el balazo que le dio la última vez que se vieron. Ella tampoco había quedado tan bien esa noche, había perdido más de lo que imaginaba. Sin embargo, esa noche ganó una persona más valiosa así que una pequeña parte estaba agradecida por su estupidez.

El hombre se bajo del auto, ella no se quedo atrás he hizo lo mismo, guardo su arma en su estuche. Caminó hasta estar a una distancia prudencial de él, se veía igual a como recordaba guapo y peligroso, una combinación bastante atrayente para cualquier mujer. Cualquier mujer salvo ella, cuando se vieron por primera vez ella ni si quiera lo conocía ni tenía interés en hacerlo. Había visto tantos hombres acercarse a ella con diferentes motivos que sabía a que iban. Ella aprovechaba eso para tenerlos en su cama, después que se aburría los desechaba. Sim embargo, su relación con él había sido bastante larga que hasta se comprometieron, no por amor, sino por simple conveniencia y tenían buena química en la cama. Tenía, porque descubrió un mayor placer compartiendo la cama con su castaño. Marcus era su pasado, y Allen era ahora su presente, eso estaba más que claro.

— Cuanto tiempo sin verte preciosa — habló usando el antiguo mote con el que solía llamarla recorriendo su cuerpo con su mirada

— No puedo decir lo mismo Ulianov, estaba muy feliz de no volver a verte por un largo tiempo, pero se que tenemos asuntos pendientes que resolver

— ¿Ulianov? — levantó una ceja sorprendido — Sí así quieres jugar Romanov — sonrió burlón — Bueno consideran el hecho de que fui detallista en enviarte unas flores para anunciarte mi llegada

— Sabía que habías sido tú, esa manera tuya de enviar flores para arreglarlo todo, es realmente asqueroso

— ¿Oh enserio? Pensé que te gustaban las flores que te enviaba — se llevó la mano al mentón

— Por ese motivo es que solo éramos amantes, nadie conocía nada del otro de lo contrario nos habríamos intentado matar desde la primera vez que nos conocimos — dijo la castaña cruzando los brazos — Me arrepiento de no haberte matado esa vez

Tú eres Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora