15

41 2 0
                                    

Los banquillos. ¿Por qué? Porque siempre llego tarde. Maldita sea.


-Perdona por hacerte llegar tarde el primer día.-Dijo Andy avergonzado.

-Bueno, ya da igual. ¿Dónde están los banquillos?

-Es solo el nombre, en realidad es una sala. Dentro suele estar Nata Montada, pero hoy estará ocupada con los que me hicieron esto.-Señaló su cara.

-¿Entonces estaremos solos?

-Pues no lo sé, la verdad. Si no hay ningún sustituto, estaremos solos.

-¿Por qué todo me pasa a mí?-Susurré.

-¿Qué?-Me preguntó Andy.

-Oh, que por dónde es.-Lo único que me faltaba era hacer sentir mal a Andy.

-Mira esa puerta amarilla, los banquillos están dentro. Espero que no hayan más chicos.

-Venga, vamos ya.


Entramos por la puerta amarilla y lo primero que vi, fueron varias mesas con sillas. Habían dos chicos y una chica que hablaban con caras largas.


-No, joder, no.-Susurró Andy.

-¿Qué pasa?

-Ellos son Ryan, su novia Kate y su hermano Miles. Son los que me golpearon.

-¿Y Natalia no debería estar con ellos?

-Debería. Tú lo has dicho. ¿Dónde está esta señora?

-¿Tengo que temer algo?

-Probablemente.

-¡Hombre! Chicos, mirad quién está aquí.- Gritó uno de los dos chicos con una sonrisa burlona.

-Andreita, ¿qué tal tu cara?

-No me hace ni puta gracia, Ryan.-Respondió Andy enfandado.

-A mi sí.- Río la chica, Kate, supongo.

-¿Creéis que por pegarme una paliza sois lo dueños del mundo? ¿Que podéis mandar a todo el mundo?

-No lo creemos, lo sabemos.-Resopló un niño más pequeño que nosotros. Quizás de noveno curso.

-¿Y tú, morena?- Dijo Ryan.

-¿Yo qué?- Pregunté asustada.

-¿Eres la novia de Andreita?-Preguntó aquella chica.

-Em... No, soy nueva. 

-Me importa una mierda que seas nueva. Eres imbécil como todos aquí. No me arrepiento de haberle pegado una paliza a Andy. Ya le tenía ganas ya...

-Ryan, dale de hostias a ella también. Se lo merece.-Bufó su novia.


En ese momento, algo me hizo reaccionar.


-¿Os estáis oyendo? Menudo montón de gilipolleces que salen de vuestra boca. Dejadnos en paz y callaros un mes.

-¿Me vas a mandar a callar tú a mí?-Kate se acercaba a mi de manera amenazante.

-Sí.-Dije intentando imponer.


De repente entró Natalia, la profesora.


-¡¿Qué está pasando aquí?!

-Nos están molestando.-Dijo Andy.

-Miles, Ryan, Kate. Venid conmigo. Ahora. Y vosotros dos-Dijo la profesora dirigiéndose a nosotros.-¿Qué estáis haciendo aquí?

-Hemos llegado tarde a las clases de después de comer.

-Bueno, quedaros aquí. Solo por está vez no os pondré castigo. A la próxima limpiáis los jardines. Completitos. Vuelvo en un rato, iré con estos chicos a dirección. En la siguiente hora volvéis a clase.


Dicho eso, salió de la habitación y nos dejó a Andy y a mí solos.

-¿De dónde sacaste ese valor?-Fue lo primero que dijo Andy.

-La verdad es que no lo sé. Me estaban hartando bastante así que les dije todo eso.

-Tenemos que esperar un poco más de media hora para volver a clase. 

-¿Y qué haremos hasta entonces?

-Terminar con las preguntas del recreo.-Sonrió.

-Oh, está bien. Prepárate porque no se me escapará nada.-Reí

¿Amigos? Algo más que amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora