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Después de acodarme de Lidia, seguía tumbada en mi cama y no pude evitar que los ojos se me llenaran de lágrimas. Había vivido tantas cosas, tantas experiencias, buenas y malas, pero las había vivido, y sentía como me arrebataban esos recuerdos, solo por venir aquí.

No podía parar de llorar, pero escuché que mi madre, me llamaba para cenar. Yo sabía que cenaríamos fuera, cuando cenamos en casa, solo me llama Adam. Entonces, sequé mi lágrimas, me lavé la cara, salí de mi habitación y fui hacia la sala.

-¿Qué pasa mamá?

-Vístete bien, nos vamos a cenar fuera.

-Vale, ya voy- Al final parecía un fantasma por mi poca expresión y mi palidez, aunque como siempre, mi madre no se dio cuenta.

Fui a mi cuarto, entré y cerré la puerta. Me puse a rebuscar en mi armario, pero no encontraba nada para esta ocasión, entonces, encontré un vestido de verano rosado con flores de colores, era precioso, no muy corto, ni muy largo. Era el típico vestido femenino de niña buena, así que decidí acompañarlo con unas zapatillas negras, mis favoritas.

No soy tan femenina como para (a pesar de mi edad) ponerme sandalias y bailarinas brillantes y con colores llamativos, me gusta vestirme demasiado sencilla. Aunque a veces, mi feminidad interior ataca y me obliga a ponerme algo rosa o brillante.

Me peiné como siempre, mi trenza hacia un lado, me gustaba cómo se veía ese peinado en mí. Mi cabello era una de las pocas cosas que me gustaban de mí.

Encontré una cadena de plata que Zack me regaló por mi cumpleaños. Tenía una figurita de un niño con un corazón y detrás ponía "Siempre serás mi mejor amiga". Al ver la cadena me dieron ganas de llorar nuevamente. Esa estúpida sensación en el pecho, vuelta a las lágrimas.

Cuando me despedí de Zackse le veía afligido, mi madre me contó que lo vio llorando un poco, pero él me sonrió en todo momento. Casi todos los días a la semana nos visitábamos, paseábamos y hablábamos de nuestras cosas. Me contó que estaba enamorado de una chica, y yo le ayudaba a intentar conquistarla. Se llamaba Melissa, era muy guapa y alta, era perfecta para Zack.

Melissa y yo nos llevábamos muy bien, aunque Zack me contó que ella me tenía celos, porque pasaba mucho tiempo con él. Así que decidí hablar con Melissa sobre el tema. Le dije que Zack y yo éramos como hermanos, y que nunca habría nada entre nosotros, es más, nunca se me había pasado por la cabeza. Ella lo entendió y después hablamos sobre Zack, sus cosas buenas y sus cosas malas. Pero algo estaba claro, se querían mucho. La verdad es que me gustaría encontrar el amor algún día, pero nunca nadie se ha interesado por mí y no creo que nadie lo haga nunca.

¿Amigos? Algo más que amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora