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Recreo.

-Oye, Ellie.-Me llamó Erick.-¿Para qué crees que te ha pedido mi tío que te quedes al final de clases? 

-Pues no tengo ni idea... ¿Tienes algo en mente?.-Respondí.

-Alan estuvo comentando la semana pasada que propondría a los directores formar un periódico escolar.

-¡Demonios, qué ilusión!

-¿Demonios? ¿Dónde?-Preguntó él, asustado.

-Tranquilo.-Reí-Es solo una expresión.

-Ah, vale. Pues eso, quizás te hable de eso. Pero tú haz como si no te hubiera dicho nada.

-No hay problema.-Reí de la emoción.

-¡Ellie!.-Me llamó alguien.

Giré para ver quién me llamaba. Y... ¡era Andy! Qué vergüenza, dios.

-Bueno, voy con Charlie y con Winston, luego me cuentas, Pitufa.-Susurró Erick.

-¡Lo que tú digas!.-Grité.


Entonces, Andy me alcanzó. Me tocó el hombro y giré.

-Ellie, acabo de recordar que hoy tengo la tarde libre, y mañana también. Bueno, toda la semana.-Dijo, algo nervioso.

-¡Eso es genial!-Respondí emocionada- Solo necesito pedirle permiso a mis padres.-Sonreí.

-¿Te parece bien si te recojo en tu casa? Desde ahí caminaremos hacia la mía.

-De acuerdo, te escribiré cuando hable con mis padres.

¡¿Qué está pasando?! *O*


Él sonrió, y yo morí.


-¿Te gustaría pasar el recreo con los chicos y conmigo?.-Me preguntó él.

-Pues, supongo que sí.-Respondí.

-Tengo una idea. ¿Qué te parece si vamos con Alessia y  Dalia? Dejando de lado las peleas de baile, son amigas. A lo mejor te llevas bien con ellas. Si no te sientes cómoda, solo avísame y nos iremos.

-Bueno, tienes razón. Te haré caso. ¿Vamos?

-Sígame, linda damisela.

AY.

-Por supuesto, apuesto caballero.-Dije, roja de la vergüenza.


Creo que es el momento de hacer nuevas amigas.


¿Amigos? Algo más que amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora