Cómo me enamoré de un completo idiota

1: La presentación

El origen de esta historia comienza cuando había quedado con mis amigas para ir a la ciudad. Las tres entramos a una tienda para seguir con lo nuestro: las compras. Cuando estábamos viendo una bonita camiseta, Kate gritó:

—¡Eh Hannah, el chico que te gusta!

Salió corriendo a la calle para alcanzarlo y yo también lo hice para verlo en persona, porque apenas lo conocía y Kate gritó otra vez (se tiraba todo el día gritando):

—¡Eh Marc, Hannah está aquí!

Salimos las tres corriendo como focas retrasadas, aleteando y chocándonos con todo hasta subir a la segunda planta de la tienda.

—Tías, ¿¡sois tontas, o qué!? ¿Que pasaría si os hubiera visto? -dijo escandalizada Hannah- Todavía me tiemblan las piernas del susto.

—¡Oh, ha entrado en la tienda! ¡Está aquí! -dije como si estuviera sorprendida.

—¡¿En serio?! -gritó Hannah mientras corría a esconderse.

—No, sólo era una broma para ver tu cara -comencé a reír sin parar mientras Hannah me fulminaba con la mirada.

—Ahora que lo hemos visto, ya sabes que te lo puedes encontrar en cualquier sitio, así que nos estaremos riendo de ti toodo el día -le dijo Kate a Hannah guiñándole un ojo.

Hannah se había puesto roja como un tomate y dijo fingiendo estar entristecida:

—Vaya par de amigas que tengo...

El resto de la tarde fue tranquila hasta que llegamos a un pub llamado "La ninfa". Justo antes de entrar nos dimos cuenta de que Hannah se había puesto roja porque había visto al chico que le gustaba y a un amigo, a pesar de que había mucha gente. Cuando llegamos a ellos, Hannah me los presentó. Yo no conocía a Marc en persona: sólo de cuando ella y Kate hablaban de él y mucho menos a su amigo, que ni siquiera sabía que existía.

—Marc, ésta es Carol. Carol, éste es Marc -dijo Hannah, que parecía que se le había quitado la vergüenza-. Y éste es su amigo, Dani.

Los saludé con mucha vergüenza, porque yo soy muy tímida y las presentaciones me incomodan. Me fijé en los dos chicos y Marc era guapo, alto, tenía los ojos marrones, era moreno, y levaba el pelo rapado. Dani, en cambio, tenía más pelo. Era de color castaño claro y lo llevaba revuelto. Era un poco más alto que Marc, tenía una preciosa sonrisa y lo que más me llamó la atención fueron sus ojos de un intenso color verde con los que podía hipnotizar a cualquiera. Me pareció muy guapo, pero no podía aparentar que, con sólo el primer vistazo algo despertó dentro de mi, porque las chicas empezarían a torturarme como hacíamos con Hannah. Fuimos a una mesa a sentarnos tras un largo sofá negro que parecía de cuero. No creo que fuera cuero auténtico porque el sitio no era muy lujoso que digamos; era uno de los peores que había visto. Después de un poco de charla en la que yo no abrí la boca ni un segundo, los chicos fueron a por bebidas.

—Y bueno... ¿Qué te parece Dani? Es guapo, ¿a que sí? -preguntó Kate con una gran sonrisa descarada enseñando todos los dientes (parecía un tiburón).

De repente llegaron los chicos con las bebidas y creía que me salvarían cambiando de tema... pero no.

—¿De qué hablabais chicas? -preguntó Marc con una bonita sonrisa, aunque la suya no se podía comparar con la de Dani (no es que esté diciendo que Marc sea feo, pero tiene una belleza distinta a la de Dani; que sólo por el hecho de tener los ojos verdes, ya me ha conquistado).

—Le hemos preguntado a Carol qué le parece Dani -dijo Kate.

<<Mierda>> pensé. Todos se quedaron mirándome esperando una respuesta.