6: La cita

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—Buenos días dormilonas, os traigo el desayuno -dijo el chico que interrumpió nuestra conversación.

—Ni siquiera hemos dormido y... ya hemos desayunado -dije.

—¿Cómo has entrado?

—Me abrió tu madre -nos entregó el desayuno.

—Gracias cari -dijo Hannah y le dio un beso. Marc sonrió mientras se besaban.

—WO WO WO. ¿Acabas de llamarle cari? ¿Ahora os habéis convertido en esas parejas babosas y super cursis? Por dios, creo que voy a vomitar.

—No seas exagerada Carol. No es para tanto -contestó Marc.

—Lo que tu digas -dije con sarcasmo- ¿Y cómo has venido tan temprano?

—Sólo quería ver a mis chicas.

—¿Tus chicas? Creía que yo era tu chica -dijo Hannah.

Le lancé una mirada a Hannah para que se diera cuenta de que se pondría furiosa. No podía dejar que se pusiera celosa y empezara a montar un pollo. Comencé a reír con una risa un poco histérica para que me prestaran atención y no se desatara la tercera guerra mundial. Hannah tenía un serio problema de celos.

—Tú siempre serás mi chica -la agarró por la cintura para acercarla a él y darle otro beso-. Y espero que algún día Carol lo sea de Dani -se me cortó la risa de golpe y me puse muy seria.

—Eso nunca pasará -repliqué.

—Ya veremos, tan sólo es cuestión de tiempo -rodé los ojos.

—Por cierto hablando de quién es la chica de quién. ¿¡SABES QUE CAROL TIENE UNA CITA!? -gritó Hannah.

—¡¡NOO!! -dijo Marc muy sorprendido.

—Pues sí -dijo Hannah con una sonrisa orgullosa.

—No puedo creer que una chica como tú haya podido conseguir una cita.

—¡Eh! ¿Qué insinúas?

—Nada... -se hizo el disimulado- ¿Y quién es el afortunado que tiene una cita con Carol?

—¿Te acuerdas de cuando te llamé la noche que salí con Carol? -comenzó a explicar Hannah.

—Sí.

—Pues es precisamente el chico con el que estuvo emborrachándose toda la noche. Y el número que tenía escrito en el brazo era suyo.

—No lo puedo creer -respondió Marc con la boca abierta-. Un chico le ha pedido una cita.

—¡NO-ES-UNA-CITA! -grité enfadada.

—Vale... tranquila. Tampoco hay que ponerse así -dijo Hannah esta vez-. Te ayudaremos a prepararte para tu cita, digo... para tu encuentro con Alex. Si no encontramos nada entre tu ropa, que no creo que encuentre nada, te puedo prestar algo mío.

—¿Y cómo es el chico? ¿Te acuerdas de él?

—Que va... -di un suspiro- No me acordaba de su nombre y menos me voy a acordar de su cara.

—Entonces si no te acuerdas de cómo es, ¿cómo le vas a encontrar cuando llegues?

—No sé... Lo que sí se es que cuando le llamé, él se acordaba de mi nombre. Así que espero que también lo haga de mi cara.

—Esperemos que todo salga bien -dijo Hannah en lugar de Marc.

Nos quedamos unos instantes en silencio y de repente Marc gritó:

—¡¡Ya verás cuando se lo cuente a Dani!!

—¡NADIE le va a contar NADA a Dani! ¿Queda claro?

Cómo me enamoré de un completo idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora