Cómo me enamoré de un completo idiota

19: Todo volverá a ser como antes

ADVERTENCIA: Este capítulo puede ser muy emotivo, por no me hago responsable de las lágrimas que pueda causar, ya sean de tristeza como de alegría. xD

Hola una vez más!! :) Tengo que deciros que por fin ha llegado el último capítulo de la historia *llanto inconsolable* y por una parte estoy triste por haberlo terminado, pero por otra me siento contenta con el trabajo que he hecho. He puesto toda mi alma escribiendo este capítulo y os adelanto que Carol comete alguna que otra locura. No quiero que penséis que es una mala persona o algo por el estilo, sólo os digo que comete esas locuras porque está desesperada. Ya me entenderéis cuando leáis el capítulo.

Me gustaría que cuando terminéis de leerlo votéis o me digáis lo que pensáis de él, realmente eso significaría mucho para mí y si tenéis alguna duda no os lo penséis dos veces antes de preguntar.

PD: siento haberme atrasado subiendo el capítulo, pero esta semana la he tenido llena de exámenes y no he tenido tiempo de publicar antes. Siento las molestias u.u

¡Muchos besitos!

Y sin más dilación el capítulo de hoy:

 

Una semana después de haber tenido aquella no cita las cosas entre Dani y yo eran... bueno... Ni siquiera yo sabría explicarlo. En cierto modo volvíamos a estar como al principio, cosa que me gustaba, pero también había ciertos momentos incómodos. Dejando a un lado la broma de conocernos de nuevo, volvimos a estar juntos, pero íbamos despacio (aunque en realidad ninguno de los dos quería ir despacio, pero lo hacíamos por nuestro bien). Me gustaba, no más bien, me encantaba que las cosas volvieran a ser como antes. Porque yo antes era feliz.

—Tengo que decirte una cosa -me dijo muy serio.

—¿De qué se trata? -pregunté un poco preocupada.

—Tengo que volver.

—¿Ya? ¿Tan pronto?

—¿Cómo que tan pronto? Llevo aquí como dos semanas -dijo entre risas intentando animarme-. Eso es mucho tiempo; solo pensaba quedarme un par de días o así.

—Pues para mí el tiempo ha pasado volando.

—La verdad es que sí, pero debo volver.

—¿Y no te puedes quedar un poco más? -me acerqué a él y me agarró de la cintura pegando su cuerpo al mío.

—Me encantaría pasar más tiempo contigo, pero mi padre necesita que le ayude en la empresa -bajé la mirada entristecida, pero me agarró del mentón suavemente e hizo que le mirara directamente a los ojos-. Eh, no estés triste.

—Es que no quiero que te vayas -me rodeó con sus fuertes brazos y me abrazó. No quería que se fuera, lo quería sólo para mí. Notaba la calidez que desprendía su cuerpo y me hacía sentir segura.

—Yo tampoco quiero irme -después de quedarse en silencio, su rostro se iluminó-. ¿Por qué no vienes conmigo?

—¿Lo dices enserio?

—Completamente.

—¿Y qué pasa con la universidad? Se supone que estoy aquí para estudiar, no puedo perder clases.

—No pasará nada por un par de días.

—No sé...

—Por favor, Carol... -rogó haciendo pucheros.