Sí te tengo conmigo, nada importa!

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Alan sonrió y puso en marcha el motor del vehículo.
La miró por el rabillo del ojo y ella buscaba algo en su bolso.

- Todavía sigues molesta conmigo?.
- Sí, todavía - Contesto sin prestarle mucha atención.
- Bien, pero no puedes negar que la pasaste genial.

Claudia levanto la cabeza y lo miro fijamente con un gesto incrédulo en su rostro, Alan no pudo soportarlo más y comenzó a reír.
A la joven le hervía la sangre, con un rollo de cartulina comenzó a golpearlo.

- No es gracioso - Lo golpeaba - Pude haber reprobado - Otro golpe.
- Lo siento mi amor - Tomo sus manos y la estiró sobre él.- En verdad lo siento, sé lo importante que las clases y por ende los exámenes son para ti pero te necesitaba - Susurro mirándola- Necesitaba sentirte, escuchar tu respiración, pero no volverá a pasar te lo prometo- Levantó su mano derecha en señal de juramento.
- Bien, hagamos de cuenta que te creo.
- Oye, lo digo en serio, aunque esté con las ganas a flor de piel, no haré nada o quizá sí, y no me veas en un día entero- Comento alzando una ceja.
- Maldito bastardo- Lo volvió a golpear.
- Es broma - Río - Es broma, bien, basta!.

Claudia hizo el intento de volver a su lugar pero las manos de Alan en su cintura la detuvieron, la sostenía muy fuerte, sus labios fueron directo a su cuello sin miramientos.
La joven lo tomo del pelo llevando su cabeza para atrás, el hombre sonrió de lado y ella atacó su mentón, mordisqueaba esa zona, y luego le pasaba la lengua, bajaba por su cuello hasta llegar a succionar el lóbulo de su oreja.
Este hombre era insaciable ella recordó que él le había dicho que no esperará el tener sexo todo el tiempo y ella lo había aceptado y comprendido pero él siempre tenía ganas de ella, de estar por lo menos así, jugando, le gustaba mucho verla con poca ropa, le gustaba mucho tocarla, simplemente tocar cada pedazo de piel, y ella, ella siempre le daba el gusto, porque adoraba las atenciones que él tenía con ella.

Las manos de Alan bajaron a su trasero apretandola más hacia él, sus bocas se unieron, Claudia succionaba su labio inferior con intensidad, no quería soltarlo, intercambiaron, ella abrió su boca y él aprovecho para meter a su juguetona lengua, exploró cada parte de ella, su sabor lo embriagaba se sentía y sabia excelente, la joven unió al juego a su lengua que no tardo en unirse a la de él, ya se conocían muy bien.
Las manos de ella seguían en su pelo, tomándolo fuertemente.

- Me tienes loco - Susurro entre besos- Loco.
Ella se alejó para mirarlo, sus labios habían adquirido un color rojizo, su mentón y sus mejillas tenían marcas rosadas, en su cuello había dejado también varias marcas.
Él también la miraba fijamente, su respiración iba normalizandose.

- Y pensar que tú te hacías del idiota - Comento volviendo a su lugar.
- Perdón?.
- Sí, te hiciste del idiota por tanto tiempo- Dijo colocándose el cinturón de seguridad.- Podríamos haber estado juntos hace bastante tiempo, si no hubieras dicho que el primer beso fue un error...
- Tú te desapareciste - La interrumpió.
- Y que se supone que iba a hacer? Seguir como si nada? Yo ya estaba enamorada en ese entonces y me dolió demasiado.
- A mi también, en verdad- Confesó tomando su mano, depositandole un beso en el dorso.- No pasaba un segundo en el que no te pensará, todo me llevaba a ti, a lo que hacíamos juntos, a tu voz, tu risa, eres mi mundo perfecto cariño.
Claudia sonrió y le dio un leve apretón a su mano.

- Sí te tengo conmigo nada importa Alan, eres mi complemento, espero tenerte siempre.
- Siempre tuyo, nunca dudes de eso- Sonrió sincero.
Ella asintió con tanta tranquilidad, sabia que era cierto, Alan era de ella, no importaba nada más, el hombre que amaba sentía lo mismo por ella y eso la llena a por completo, su mundo era perfecto.
Nadie podía interferir entre ellos, ni siquiera sus padres lo lograron cuando se enteraron que ella llevaba una relación amorosa con un hombre sumamente mayor, lucharon bastante para que según ellos, su hija entrará en razón pero ella no necesitaba entrar en razón, ella simplemente estaba enamorada, muy enamorada.

- Tendrías un hijo conmigo?- Pregunto Alan rompiendo el silencio.
Claudia lo miro con la boca abierta y un brillo en sus ojos, que lograron que el hombre sintiera en su interior que con esta joven mujer cumpliría su sueño de ser padre.

- Por supuesto que si mi amor, seria lo más perfecto, imaginate un pequeño ser con tus genes y los míos, con nuestra sangre - Comento muy emocionada, sinceramente se había olvidado de todo.
- Me lo imagino, desde que hicimos el amor por primera vez - Confesó con un brillo especial en sus ojos.
- Estas seguro de esto?.
- Tú no?.
- Claro que si, siempre lo había soñado - Susurro.
- Siempre lo habías soñado?- Pregunto llegando frente a la casa de ella, apago el motor y la miró.
- Sí, siempre.. Desde que conocí un poco de tu historia me había llamado bastante la atención el hecho de que no tenias hijos, no se, la verdad se me hacia bastante raro..
- Rima no quería tener hijos y lo respete- La interrumpió.
- Es muy lindo de tu parte renunciar a un sueño que anhelabas pero no entiendo el punto de ella, para mi fue muy egoísta, solo pensaba en ella y en su carrera, porque ella no respeto tus ganas de ser padre?.

Alan la miraba, la contemplaba, sabia que tenia razón, sin duda Rima había sido muy egoísta y mesquina con él.

- Yo daría todo por tener al menos un hijo con el amor de mi vida, seria el fruto de tanto amor, de tantas discusiones, de todas las reconciliaciones, miraría a mi bebé y diría lo hicimos, formamos nuestra familia- Conecto su mirada con la del hombre a su lado- Quiero tener un hijo contigo Alan- Beso sus labios, un corto beso- Qué tenga tus bellos ojos- El hombre sonrió- Tu hermosa boca - Otro beso, esta vez más profundo y duradero.

- Tendremos un hijo cariño - Susurro Alan sobre sus labios.
- Y seremos una familia, la más feliz- Sonrió la joven realmente feliz, ese bello hombre de ojos almendra la hacia la mujer más feliz, la llenaba de dicha y juntos cumplirían el más grande sueño.

El sueño de él, tener un hijo, el sueño de ella, formar una familia con él, el amor de su vida.

No fue mi culpa, me enamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora