*Nuevas amistades y leyendas...*

50 2 2
                                    

Al terminar la clase de historia recojo mis cosas y dejo que la corriente de chicos y chicas hambrientos me arrastre hasta el comedor. Al llegar cojo un par de magdalenas y me siento en el que ya se ha convertido en mi lugar solitario, en una esquina del comerdor. Si señor, así es, este es mi pedacito de mundo. Voy por la mitad de la primera magdalena cuando veo a Esteban acercándose a mi mesa.

- Ey Sara, ¿qué tal en tu clase de historia?                                                                                                                             

- Esteban - le sonrio y noto como mi sonrisa se ensancha, sin dignarse siquiera a pedirme permiso, cuando lo veo sentarse en frente mío. - Bien, creo.                

- ¿Crees? - me mira divertido y levanta una de sus cejas. 

- El profesor Look nos ha contado una historia de su pueblo, es bastante... triste, la verdad. Y ya que estamos, me ha dejado con más preguntas sin respustas aparte de las que ya tenía al llegar aquí y entrerarme de que los seres que creía fantásticos, como, yo que sé, hombres lobos, existen. Son jodidamente reales y al parecer yo soy una de ellos. Increíble ¿no? A no, no respondas, ya me lo sé, no es fantasía, ¡esta es la pura realidad! - sin darme cuenta he acabado alzando los brazos, y también la voz. Miro a Esteban y él me devulve la mirada entre, divertido y... ¿asombrado? Estoy a punto de disculparme pero entonces él me interrumpe.

- Si, supongo que esto debe ser duro para ti, tener que dejar a tus amigos, a tu familia, alejarte de todos ellos para vivir en un instituto donde habitan unos "seres" que creías puras fantasías. No voy a decirte que sé cómo te sientes porque, no tengo ni idea. Yo llevo aquí desde el momento en que nací, no tan literal, pero casi. Para mi, esto es normal, pero, por lo visto es duro para ti. Además, tampoco sé cómo son los humanos, jámas he estado cerca de uno, pero, supongo que son buenas personas si tan unida estás a ellos. - Cada una de sus palabras las dice soriendo y con una mirada sincera y amable. ¿Este chico es real?

Abro y cierro la boca varias veces sin saber qué decir. Suspiro y le sonrio, este chico me cae bien.             - Si, es duro y confuso. Toda mi vida ha sido, no sé cómo decirlo, no ha sido del todo una mentira, pero tampoco la realidad. Espera, ¿has dicho que nunca has estado cerca de un humano? - le digo asombrada.

- Nunca, no tengo ni idea de cómo son. Bueno, a ver, sé como son físicamente, lo que no sé es cómo es su actitud, su día a día... Aunque tengo una vaga idea de quién me lo podría decir.

Yo sonrio y asiento y, lo siguiente que sé, es que le cuento cómo es, más o menos, el día a día de un niño pequeño, amable y sonriente, qué siempre pregunta por todo, intentado encontrar una explicación a las cosas que sus pequeños ojitos ven pero, que su cabecita no entiende. Tmbién le cuento el día a día de una adolescente con las hormonas sobrecalentadas, la cuál está emocionada porque la han aceptado en el grupo de las fresitas, más conocidas cómo animadoras.                                   Después paso a contarle el ajetreado día del abogado de no sé que presidente, al que acusan de no sé que cosas.

 Además, le cuento cómo es el día de una anciana que ha perdido a su marido y a la que sus propios hijos, la tienen casi olvidada. Pero con un corazón enorme y sus sentimientos, verdaderos. Y cuyo rostro, surcado por las líneas del tiempo, es bañado cada noche por las lágrimas que dedica a su ya fallecido marido, al que ama con más intensidad a cada día que pasa. Ah, y sin olvidar sus rosados labios, que cada mñana dedican una oración a los ángeles para que estos, cuiden de sus amados hijos. Y ya para acabar, le cuento un día de dos delincuentes parecidos y a la vez muy diferentes, una mujer, la cúal no tiene recurso alguno para cuidar de su bebé. Sin casa, comida, apenas ropa y sin dinero. Se ve obligada a robar alimentos y ropa para mantener a su querido bebé y por el que, sin dudarlo, daría la vida. El segundo, es un hombre, que se limita a robar cosas de mucho valor de las grandes mansiones de "su territorio" por pura codicia, y el cúal, estría dispuesto a matar, si con ello consigue lo que desea.

Poder Oscuro [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora