*Primera cuestión, ¿qué soy?*

13 1 0
                                    

Cuando vuelvo a mi habitación después de hablar con Leo veo a Daniela y Blake hablando y riendo, sentados en mi cama. Siento un nudo en mi garganta al verlos, pero me limito a saludarles con la mano.

- Blake, ¿puedes acompañar a Dani a su habitación? Estoy cansada y quiero dormir - le digo, algo seca, sorprendiéndome a mí misma.

- ¿Estás bien? - me pregunta, también sorprendido y preocupado. Se levanta y extiende una mano, intentando apoyarla en mi hombro, pero lo esquivo y me encierro en el cuarto de baño, esperando a que se marchen. Aun pasan unos minutos en los que no escucho nada, hasta que oigo la puerta cerrarse, entonces suelto aire y me esfuerzo por ignorar el nudo de mi garganta, ahora debo limitarme a buscar respuestas.

Al final, decido salir y un suspiro de alivio escapa de mi cuerpo al ver que Dani y Blake se han marchado. Me siento en mi cama y me pongo a pensar en cómo conseguir respuestas y, sobretodo, por cuál empezar primero. Entonces recuerdo la pregunta que Daniela me hizo el la cafetería y a la que no había prestado atención hasta ahora, ¿que soy?

Pienso en mis alas negras y en las pesadillas, cada vez más frecuentes, pesadillas que parecen ser reales, ¿cómo acabé cubierta de sangre? ¿Por qué cada vez que despierto una cosa negra me rodea y envuelve?

Todas estas preguntas asaltan mi mente y me decanto por analizar primero lo de mis alas, ya que parece lo más sencillo. Miro a mi espalda pero no consigo verlas, no sé si me las he imaginado, aunque lo dudo, ya que Blake también las vio, y Kay las mencionó. Después pienso que quizás es algún hechizo que las hace invisibles. Extiendo mi brazo todo lo que puedo hacia atrás, tanteando el aire, pero no noto nada. Froto mis ojos, intentando averiguar qué demonios a pasado con mis alas y entonces una imagen viene a mi mente, un cuervo negro con el ébano, extiende y retrae las alas. Parpadeo y decido probar, ya que no hay nada en juego, no tengo nada que perder.

Me concentro en la imagen del cuervo y dirijo mi atención a mi espalda, recuerdo la suavidad de las plumas, la primera vez que las toqué, su movimiento y su peso en mi espalda, entonces noto un cosquilleo en mi espalda y un ruido a mi lado de algo rompiéndose al caer al suelo. Abro los ojos y miro hacia atrás una vez más, sonriendo al ver mis alas negras, son más grandes de lo que recordaba y no consigo extenderlas al completo en mi habitación. Dirijo mi vista al suelo y veo la lámpara hecha añicos, he debido de tirarla al extender las alas. Vuelvo a retraerlas y así un par de veces más hasta que estoy segura de dominar eso al menos. Decido centrarme en esto por el momento y dejar el resto para después. Vigilo que mis alas sigan retraídas y me levanto, encaminandome de nuevo hacia conserjería.

- Hola Bety - saludo cuando llego. Ella me mira y sonríe.

- ¿Encontraste la habitación de Kay?

- Si, gracias por la ayuda, venía a ver si podrías decirme de algun demonio, angel, hada o cualquier cosa con alas que pueda ayudarme con algo.

- Cualquier cosa con alas - ríe y sacude la cabeza - Bien deja que mire... Mmmm, quizás Kyara pueda ayudarte, es una hada con mucho carácter pero una buena chica al fin y al cabo, habitación 208.

- Gracias Bety - me despido con un movimiento de mano y salgo corriendo a las escaleras, subo de dos en dos, hasta que me canso y termino el tramo que me queda andando, al llegar arriba busco la habitación de la tal Kyara y llamo a la puerta una vez que llego a ella. Me abre una chica de piel morena y ojos oscuros, el cabello, también castaño le llega a los hombros y unas alas decoran su espalda.

- ¿Kyara? - pregunto impaciente.

- Si soy yo, ¿que quieres? - me pregunta, su mirada destila curiosidad y respiro aliviada al notar que quizá sabe quien soy, pero si lo sabe, le importa bien poco, y al pensar eso sonrio.

- Bety me dijo que tienes carácter pero que eres buena persona, me preguntaba si podrías ayudarme con algo.

Se queda callada unos instantes mirándome de arriba a abajo, supongo que analizándome y pensando que podría querer yo de ella. Me limito a quedarme quieta y espero su respuesta.

- ¿Qué es lo que necesitas? - pregunta al fin.

- Necesito que me enseñes a volar. - le respondo y ella echa un vistazo a mi espalda.

- Para volar necesitas alas, a menos que seas maga, y, en ese caso, yo no puedo ayudarte.

Le miro por unos segundo y miro hacia ambos lados del pasillo, al estar segura de que no hay nadie, extiendo mis alas, dejándolas a la vista de Kyara, ella abre los ojos sorprendida y después sonríe.

- Menudas alas chica, bien, vamos fuera. - Me sonríe y cierra la puerta tras ella y juntas, bajamos corriendo las escaleras y me guía hasta una especie de prado, es bastante abierto y los árboles de la linde del bosque están algo alejado así que aquí podré extender las alas sin problemas. - Bien, hora de volar.



Poder Oscuro [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora