Capítulo 9

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Salí y cerré la puerta de un portazo. Esta clase de conversaciones me ponían de los nervios.
Las primeras horas de la mañana transcurrieron rápido. Eran las doce y media pasadas, me aburría, había acabado todo el papeleo. Todo estaba hecho, incluso el juicio que apartamos porque retiraron cargos. Todo hecho, hasta lo que no me iba a servir de nada.
No sabía que hacer. Tampoco podía irme, a lo mejor surgía algo. Así que no se me ocurrió nada mejor que hacer que descargarme un juego en el móvil; algo que desde que comencé a trabajar no había hecho hasta ahora. Pero no tenía nada mejor que hacer así que me puse a jugar.
Cuando pasaron unos 10 minutos se me petó el juego, no sabía que pasaba. Salí del juego y pude comprobar con mis propios ojos que me estaba llamando un número oculto. ¿Quién era? Dude en cogerlo, pero estaba aburrida y no perdía nada por cogerlo.
-¿Si? Contesté seria.
-No pensé que fueses tan seria. Contestó una voz.
-¿Gonzalo?
-Me dijiste que te llamase.
¡Mierda! ¡Ya no me acordaba! Con lo del beso se me había olvidado.
-Sí, si. ¿Qué te apetece hacer?
-Había pensado en ir a Hyde Park, dar una vuelta, tomar algo... ¿Qué te parece?
-Perfecto. ¿Hora?
-¿A las 17:30 en la puerta del lateral derecho?
-Vale. Espera un momento, ¿esa no es la entrada del laberinto?
Cuando me callé me di cuenta de que estaba hablando sola. ¡Me había colgado!
-Con que esas tenemos... Así que laberinto...

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