Capítulo 5

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Comencé a andar rápido, cada más, sin mirar apenas lo que llevaba delante y por ello me choqué con alguien. Me quité la capucha que me impedía ver por donde iba y pude ver a un chico... ¡Como me sonaba! Y sin pensármelo más dijimos a la vez:
-¡Te conozco! Él continuó:
-¡No digas nada! Sacó un papel del bolsillo y continuó: llámame cuando sepas quien soy. Se alejó en la oscuridad.
Cuando llegué a casa no tenía hambre y no me apetecía cocinar nada así que me comí unas chocolatinas que nunca vienen mal. Después, como le había prometido a Robin le saqué a pasear un rato. Durante los 15 minutos de paseo no podía parar de pensar en lo que me había pasado, no daba crédito. ¿¡Como me había podido chocar con alguien sin darme cuenta?! Bueno, ahora tenía un papel con un número de teléfono de alguien que ni tan siquiera sabía quien era. Le había visto recientemente, eso es lo único que recordaba. Hacia unos días, una semana como mucho. Tal vez era un simple dependiente o un camarero, o incluso alguien de la calle. Tenía que ser algo de eso. Pero no podía recordarlo.

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