Capítulo 1. El duro despertar.

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(Narra Sasuke)

Tres meses. Naruto llevaba tres meses en algún especie de coma.

Estaba aterrado. Viviendo todos los días en la aterradora agonía. ¿Y si nunca despertaba? No, no podía ser. No podía dejarme.

—¿Sasuke?— ,preguntó Sakura, tan puntualmente a las cinco de la tarde. Todo este tiempo la he pasado viniendo a ver a Naruto. Y Tsunade siempre me echa del hospital a las cinco.

—Ya voy—.

—¿No quieres ver al bebé...?—

—No. Hoy no—.
Hasta ahora nunca había visto a mi hijo. No había querido hacerlo. Incluso el día en el que nació me negué a verlo. Después Tsunade me prohibió tener al bebé en casa, porque no se fiaba de mi cordura. Admito que hizo bien. No se que puedo ver en el. ¿El cabello rubio de Naruto? ¿ojos azules? Yo no quería saberlo. Todo sabe a el. En todo esta el.

—Sabes que puedes ir a verlo cuando quieras. A Naruto le gustaría que el padre de su hijo estuviera con el—.

—¿Como saberlo?—

—Es lo que todo padre querría—.

Sin decir más, tomé mis cosas y me fui, no sin antes plantar un suave beso en la frente de Naruto. Estaba tibia. Su pelo ya estaba más largo. Se veía más delgado. No había nada que yo pudiera hacer para que estuviera bien. Lo quería a un lado de mi...

•.•.•.•.•.

—Esta vivo— ,dijo Kakashi, sirviéndose el cuarto vaso de Soju de la noche.

—No me basta— respondí, dando otro trago directo de la botella.

—¿Crees que a el le gustaría verte así?—

—¿Así como?—

—Deprimido. Demacrado. Infeliz. Ni siquiera le haz visto el rostro a tu hijo—.

—No es tu problema...—

—Si, si que lo es. Al pertenecer a mi equipo, ambos son responsabilidad mía—.

—Yo no soy responsabilidad de nadie, y Naruto es responsabilidad mía. Punto—.

—Te equivocas. Ustedes son muy jóvenes. Y tienen un hijo. Y Naruto es el héroe de Konoha. Todo esto es demasiado para dos pequeños ineptos que se aman y son muy poderosos y ...brutos—.
Aquello me sacó una sonrisa. Recordé cuando Naruto hacia pucheros por todo. Renegaba por todo. Se quejaba mucho durante el embarazo, y lucia adorable.

—¿Como se llama?— preguntó Kakashi, sacándome de mis pensamientos.

—¿Quien?—

—Tu hijo. —
A decir verdad nunca había pensado en un nombre para el pequeño. Estos meses los pase sumido en la tristeza. Ni siquiera me había molestado en hacer misiones.

—No lo se. —

—Ya tiene tres meses. Debes pensar en uno. —

—Miku.— ,solté de la nada.

—¿Eh?—

—Miku. — repetí, sonriendo al escuchar el nombre en mi cabeza.

—¿Miku? ¿Porque?—

—Por nuestras madres ...Mikoto y Kushina. — No lo había pensado si no hasta ese momento. Pero el nombrecillo me tenía satisfecho y me producía una sonrisa cada vez que pensaba en el.

—Pues ve a con Tsunade para que lo registre así. O si no, ella le pondrá un nombre. —

—Ire ahora mismo—.

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