Capitulo 9.

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(Narra Sasuke)

Él había venido hasta acá. Su pequeño cuerpo estaba frío y bastante mojado por la lluvia. Continuamos besándonos en aquella posición por bastante tiempo hasta que él se separó por la falta de aire. Pegó su frente con la mía y lentamente bajó sus piernas de mi cadera. Cuando sus pies tocaron el suelo, su frente se deslizó hasta mi nariz y yo solté una ligera risa. Él hizo lo mismo y levantó la cabeza para mirarme. Enredo sus brazos en mi cuello, lentamente, como disfrutando el momento.

—¿Miku?— pregunto, rompiendo el silencio. Yo me reí y pase mis manos por su cintura.

—Es...bueno...quería algo lindo para el nombre. Como no se me dan esas cosas, no pude pensar en algo más que tú mamá y la mía. Mikoto y Kushina...— dije, mirándolo fijamente.
Él sonrió de la manera más tierna posible y se agachó un poco para recargar su cabeza en mi pecho.

—Es un nombre precioso. Oye Sasuke...y...¿cómo fue...?—

—¿Cómo fue que?— dije interrumpiéndolo, ya que hablaba entrecortadamente.

—El día en el que él nació...¿tuviste miedo?— pregunto, sin mirarme a los ojos. Seguía con la cabeza recargada en mi pecho. Era algo de lo que me sería difícil hablar en esa posición, así que me agaché para cargarlo al estilo princesa y lo lleve hasta la sala. Él miraba hacia todos lados, parecía un niño pequeño. Lo senté en un sillón y yo lo hice en el suelo, enfrente de él.

—Pues...si. Tuve mucho miedo. Cuando Tsunade dijo que habías quedado inconsciente sentí cosas horribles. Y más cuando no despertaste...—. Me detuve porque la voz se me corto. Miré fijamente el suelo y después me tapé la cara con ambas manos. No quería llorar, pero un extraño sentimiento de dolor crecía en mi pecho.

—Lo lamento. — escuché decir a Naruto. No podía verlo, pero lo escuche bajarse del sillón y sentarse a un lado mío, sin llegar a tocarme.

—No importa...ya estás aquí...—. Voltee a verlo y estaba llorando. Tenía sus preciosos ojos rojos y las lágrimas no paraban de caer por sus mejillas. Instintivamente lo abrace, atrayéndolo hacia mi. Pegué su cuerpo a mi pecho y comencé a repartir besos por todo su rostro. El soltaba unas risitas de vez en cuando, pero no dejaba de llorar. En serio, parecía un niño pequeño.

—Te amo muchísimo Sasuke...— dijo, tallándose los ojos. Sonreí y me acerqué para besar tiernamente sus labios.

—Y yo a ti...—. Mordí mi labio para no dejar escapar ni una lagrima pero me fue imposible. Podía sentir mis ojos llenos de ellas y algunas comenzaban a deslizarse por mis mejillas. Naruto pasó su pulgar por mi rostro, limpiándolas. Suspiramos al unísono y luego nos reímos. Me levante y le tendí la mano a Naruto para que hiciera lo mismo. Se levanto y nos dirigimos al piso de arriba, a nuestra habitación. Afuera seguía lloviendo, con más fuerza, e incluso habían truenos. Naruto se apretó contra mi. Ya lo sabia. Le dan miedo los truenos. Reí y pase una mano por sus hombros. Cuando llegamos, corrió a la cama y se aventó a ella.

—AHHHHHHHHH, creo que hace siglos que no estoy aquí...—decía, rodando por toda la cama y desacomodandola. Yo solo reía y buscaba en el armario su ropa. Cuando encontré un conjunto completo se lo lancé.

—Esa es tu ropa, puedes ponerla y después iremos por Miku...—

—No, todavía no. — dijo, interrumpiéndome. Lo miré fijamente y claramente pude ver sus intenciones. Sus ojos ya no eran tiernos y frágiles. Había cierta obscuridad y delirio en ellos. Perdición.

—¿No?— pregunte, sonriendo de lado. El aventó la ropa al suelo con el pie y sonrío. Aún traía la bata del hospital, así que sería fácil...

Promesa De Siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora