13 de Febrero
¿Tenías que hacerme sentir siempre así?
Era algo que siempre me repetía en los momentos difíciles que pasaba a tu lado, cuando tú ni importancia me dabas. Me hacías sentir fatal, me hacías sentir como que ninguna parte de mi ser te gustaba, y eso me destruía lentamente.
Intenté cambiar por completo para agradarte, pero no conseguí nada. Eliminé esas mañas que sabía que te molestaban, pero ni te percataste de esos detalles. Te decía cosas lindas, las cosas que sentía, pero más de una vez me respondiste con una afirmación de cabeza y seguiste escuchando música. Después del comienzo de nuestra extraña relación, nunca me entregaste atención para nada.
Te vi en el esplendor de tu metamorfosis: pasaste de ser un chico dulce, tierno, encantador y preocupado a alguien frío, distante, indiferente e imposible de querer. No sé cómo pudiste cambiar tan rápido, pero así pasó, y durante el camino me fuiste pudriendo de a poco.
La mejor decisión que pude tomar con respecto a los dos fue alejarme de ti e intentar olvidar lo que vivimos juntos, esos momentos bellos. Pero tú no querías salir de mi cabeza, pensaba en cada maldito segundo del día en ti, en cómo estarías, si estarías sufriendo o si estarías con alguien más para ahogar tus penas.
Ugh, qué tonta me volví, cegada por un amor desdichado, un amor que solo causó desgracia a mi ser. ¿Cómo podía pensar que después de alejarme de ti ibas a seguir teniendo sentimientos hacia mí? ¿Cómo podía pensar que tú eras capaz de sufrir? El sentimiento ajeno para ti nunca tuvo importancia, a diferencia de mí, que siempre intenté primar lo que los demás sentían a lo que yo vivía.
Ahora he cambiado un poco esa forma de ser con los demás. Descubrí que si seguía siendo así, el mundo se iba a aprovechar de mí e iba a pisotearme hasta no poder encontrar nada de bondad, como lo hiciste tú. Ahora soy diferente, soy más fuerte y mi coraza me protege mejor que nunca. De modo que, gracias a la experiencia que viví contigo, pude hacer ese cambio para mejor.
Esta es mi última carta, te informo, y aquí finalizo con esa promesa que te hice, lo único que ya me ataba a ti. No hay sentimiento más placentero que la liberación, por si no sabías, y lo estoy sintiendo mientras te escribo mis últimas palabras.
Lo que te tengo decir es "gracias". Sí, gracias, ¿por qué? Pues te las debo por varios motivos. No sé qué eres de mí ahora, si un ex, si un amigo, o un conocido, pero si no hubiera sido por tu compañía a lo largo de esos meses anteriores no habría aprendido todo lo que sé ahora, porque, más que nada, de todo se aprende un poco. Nosotros no fuimos la excepción... ¡Perdón! Tú y yo no fuimos la excepción (un nosotros nunca existió).
Primero que todo, gracias por enseñarme lo que es fingir. Porque en el principio llegaste a mi lado y actuaste como que me querías, ¡vaya, hombre, me llegaste a convencer!
Gracias por enseñarme qué tan bajo puede llegar a caer la miseria humana (espero que no se te hayan dañado las rodillas).
Gracias también por enseñarme qué tan manipulable pueden llegar a ser las personas por consecuencia de sus emociones: contigo cerca, descubrí un mundo nuevo dentro de mí; nuevas emociones, nuevos pensamientos, nuevas preocupaciones... y un par de desilusiones también.
Gracias por lograr hacer que me conozca mejor, te prometo que nunca más voy a ser tan estúpida como lo fui contigo, pinky promise!
Gracias de verdad por dejarme ver cómo fui y con ese golpe bajo del final devolverme a la realidad, créeme ahora estoy blindada por si alguien tan tóxico como tú vuelve con tus mismas intenciones, para contraatacar y salir sin un solo rasguño.
Gracias -por último, pero por sobre todo- por dejarme experimentar aquella emoción que solo los grandes escritores sienten cuando escriben de su vida y sus ocurrencias con aquel sentimiento tan realista; con estos escritos que ya llevo, creo que el mismo error no lo cometeré dos veces.
Tal vez leyendo esto confundido estarás y creerás que esta carta está llena de rencor; puede ser, pero gracias a la relación de fantasía que vivimos ambos aprendí mucho, sobre ti, sobre mí... Y aunque en mi opinión no merezcas nada de mi parte, lo más sensato es agradecerte esta experiencia que vivimos los dos, maniatados por la hipocresía de uno y los sentimientos del otro.
De ahora en adelante no te quiero más en mi vida, para tu información, no por orgullo mío, sino por tu seguridad, porque sé que si te veo otra vez mi odio hacia ti no lo podré controlar. Yo me quedaré donde estoy, arraigada firmemente a mis principios, y no dejaré que nadie nunca más me cambie. No me moveré para buscar un apoyo en otra persona, porque una vez lo necesité y me tuve que convertir yo misma en un apoyo para seguir.
Me siento gigante, me siento poderosa, y ha sido un gusto verte desaparecer. Ahora sé lo que valgo y no voy a dejar que alguien tan basura como tú me venga a pudrir de nuevo, porque ahora crecí, ahora soy un rascacielos: con conocimiento y experiencia; y no voy a dejarme llevar nuevamente por las apariencias, como hice contigo.
Ahora sí me despido, querido, y espero que hayas disfrutado saber qué era lo que sentí por ti. Lo de "cerrar ciclos", eso de lo que te hablé ayer, creo que ya lo tengo hecho. Qué más da, espero no verte otra vez.
Suerte, ojalá cambies.
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Aquí está lo que te prometí (Concurso: UCAM)
RomanceUn día me preguntaste qué era lo que sentía por ti, pero no te contesté. Querías saberlo con ansias, me acuerdo, hasta que me hiciste prometerte contarte algún día qué era lo que sentía, cuando me sintiera lista para decirlo. Pero luego ocurrió todo...