Ocho

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12 de Febrero

Hoy te vi.

No sentí nada, solo incomodidad.

Tú también me viste, pero no por un momento prolongado, ya que me fui del negocio en donde estabas. ¿Con que trabajando en una tabaquería, eh?

Te quisiste acercar a mí, lo noté en tu mirada, pero abandoné el local antes que lograras pronunciar apenas mi nombre.

Mi intención actual no es revivir mi pasado.

Lo especial de esta salida que hice hoy no fue haberte visto, sino que apenas salí de tu local, una mujer se me acercó pidiendo dinero. Vale, no suena gran cosa, tampoco le di mucha importancia en un principio, le di el dinero que planeaba gastarme en el negocio y luego seguí caminando. Estaba aturdida por verte nuevamente, y quería despejarme andando por las calles, pero esta mujer me lo impidió. Tomó mi brazo y me preguntó qué me pasaba.

"Nada." le contesté.

"No mientas." me retó. En su vieja mirada podía ver algo importante, algo que imponía respeto: la experiencia.

Como no había arrancado mi brazo de su poder, recorrió su mano hasta la palma de la mía y empezó a preguntarme cosas. Me dio miedo, si te digo la verdad, porque acertó en más de una de las cosas que me dijo. Lo que más me repitió entre todo el discurso que susurró fue lo siguiente: debes cerrar ciclos, hay algo que te está impidiendo avanzar, y te hace mostrar al mundo una faceta de dolor difícil de encontrar a simple vista, pero que te limita; si cierras los ciclos que más marcaron tu pasado realmente podrás superarte.

Qué curioso, que una mujer que ni conocía de la calle se preocupara más por mí que alguien a quien creía conocer mejor que a nadie. Luego de despedirme de ella, me alejé lo más rápido posible. Eso sí, no he podido dejar de pensar en lo que me dijo. "Cerrar ciclos, cerrar ciclos." ¿A qué se refería?

No sé si esa mujer era una adivina o algo por el estilo o una simple persona que quería más dinero por poder inventarse un discurso que sonara mágico. De todas maneras voy a seguir su consejo porque nada pierdo, aunque no sé cómo lo haré; por lo que sé, mi ciclo contigo ya está cerrado, o eso creo, y no sé a qué otro ciclo se podrá referir.

Bueno... Ya no me queda mucho que decirte, te lo he escrito casi todo ya. Se siente bien, creo apenas te dejé tenía muchas cosas que me ataban a ti, pero ahora que voy avanzando en lo más recóndito de mis sentimientos y mi memoria, la última cadena se está cayendo a pedazos y por fin me siento libre de todo.

Gracias, supongo.


Por fin, yo.

Aquí está lo que te prometí (Concurso: UCAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora