Hacía mucho, mucho tiempo, en una ciudad de colores y cosas, vivía una oruga. Era muy pequeño y tímido, tenía dificultad para comunicarse, sin embargo, no tenía problemas de aprendizaje. Solo tenía un único amigo, un compañero de clase tan solitario cómo él.
Iban a todos lados juntos desde que eran niños, y nada nunca los separó hasta acabar la escuela. Durante todo el trayecto estudiantil, la oruga siempre fue muy vigilada por sus profesores. Recibían reclamos de otros alumnos por comportamientos extraños de su parte, cosas que los incomodaban.
Que la oruga actuaba raro, que no hablaba con nadie más que su amigo, que la oruga era como una niñita.
Este grupo de cosas no pasaban desapercibidas en una escuela como esa. Constantemente recibía charlas de sus profesores más religiosos, especialmente de su maestra de lenguaje, a quién le tenía mucho apego.
A pesar de todas las advertencias, la oruga nunca logró entender qué andaba mal con él. No comprendía qué tenía de malo ser tal y como era.
Lo captó un día después de la clase de gimnasia, a fines de primaria. Sus compañeros no lo querían allí, así que lo acorralaron en el camarín para increparlo como nunca antes.
-¡Enclenque!
-¡Mariquita!
-¡Afeminado!
-¡No dejes que te toque, te va a infectar! Está enfermo de la cabeza.
-Nadie quiere a los gérmenes.
-Un germen muy marica.
-Nadie te quiere aquí, Shrigris.
¿Qué tenía de malo ser así? De esa manera había nacido, no deberían odiarlo por eso ¿O si?
-¿Vas a llorar?
-¡Es una niñita, es una niñita!
-¡Niñita, niñita!
Uno de los agresores se acercó, y para provocarlo le picó la pancita con el dedo.
-¡Ew, lo toqué!
Shrignold no hacía más que acurrucarse en la esquina del camarín esperando a que sus compañeros se aburrieran y la escena acabara.
Pero no.
-Defiéndete, demuestra que eres hombre o quédate ahí como la oruga gorda y marica que eres.
-Basta, por favor...
-¿Qué dijo? No hablo idioma tonto.
Comenzaron a darle palmadas en la cabeza, uno por uno, para hacerlo salir de su ovillo.
-¡Dije basta!-gritó la víctima entre lágrimas.
-Ni siquiera puedes defenderte solo.
-¡Si puedo!-la oruga se levantó a duras penas y le dio un empujón débil a su oponente. Éste ni se inmutó, y preparó su puño para acentuar un último golpe.
Inesperadamente todos terminaron de reír. Una mano fuerte lo había sujetado por la muñeca, deteniéndolo.
-¿Qué ibas a hacer?
-Esto... Yo...
El resto de los chicos huyeron como ratas, así que estaba completamente solo ahora.
-Si te acercas a mi amigo de nuevo, tendrás que lidiar conmigo primero.
Acto seguido lo dejó ir, y el agresor se fue corriendo a la velocidad de la luz.
Shrignold miró a su viejo amigo. Éste le devolvió la mirada con una sonrisa y le tomó la mano.
-Haremos esto juntos ¿vale?En una ciudad muy cercana a esa, en un tiempo parecido igual de colorido, una pareja joven tenía su primera cita. En esa época estaba de moda ir al cine, por lo que Tony Clock la invitó a ver una de sus entregas favoritas. Él había comprado todos los boletos de la función de ese horario, para que pudieran estar ambos solos en la sala ¿Para qué? Pues para reír a carcajadas, para gritar, hablar todo lo que quisieran y lanzar palomitas por todos lados sin preocuparse de molestar a nadie. Juntos iban mejor que el óleo a la tela.
A la salida los atacó una ráfaga de frío proveniente del sur. El joven reloj, al notar que Paige temblaba, se quitó su chaqueta y como buen caballero la posó sobre sus hombros.
-Tony, no tienes por qué...-se quejó ella-Te vas a resfriar.
-Cualquier cosa por la persona que quiero-respondió con simpleza, para luego darle un tierno beso en la mejilla.
-Yo también te quiero, pincelito.
Caminaron abrazados un largo rato hablando de cualquier cosa que se les viniera a la cabeza, pues nunca se les acababan los temas de conversación.
-Tu chaqueta huele a pescado-comentó Paige espontáneamente-. Más vale que no haya pescado aquí dentro, Tony-rió.
El hombre prefirió ignorar ese comentario, rogando porque ella no encontrara el pececillo que había escondido esa mañana en uno de los bolsillos.
Al llegar al departamento de Paige, Tony se despidió de ella cariñosamente, impaciente por verla a la mañana siguiente.
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Otro fanfic de DHMIS #PremiosDHMIS2016
Fanfiction"¡Hola! Aquí Shrignold Bee. Soy un fiel profeta de Malcolm, el dios del amor. Vine a visitar a esta familia suponiendo que necesitarían mi ayuda, y por lo que veo, ¡Estaba en lo cierto! Veamos qué puedo hacer para ayudarlos." [Paige y Tony, antes fe...