III

621 63 27
                                    

Bonnie caminaba junto a Paige camino al restaurante. La hizo detenerse un momento, la distrajo con una moneda que había en el suelo.
Tony acababa de entrar al restaurante y la conejita quería evitar cualquier encuentro indeseado.
-5 centavos. Bah, hoy en día no se encuentra más que eso.

Tony tomó asiento en la mesa anteriormente reservada, preguntándose si podía pedir una pizza para llevar. El mozo se le aproximó para pedir la orden.
-¿Que va a pedir, señor?
-Pizzer para llevar.

El mozo aguantaba la risa.

-¿Cómo dice?
-Pizzer.
-Va bene, va bene. Retírela antes de irse.

El mozó comentó lo ocurrido a uno de sus compañeros.
-Británico divertente, dijo pizzer.
-¡Pesce e patatine fritte!

Dan las 8.
Paige entró en el local de los italianos con su atril en mano y su bolso de materiales al hombro. Entró algo confundida dado el tamaño del lugar, aunque un empleado muy familiar la reconoció y saludó con un tono monótono.
-Hola.
Su acompañante, con pelo color de un desagradable verde, lo corrigió dándole un codazo.
-El acento-susurró algo incómodo.
-Eh...-carraspeó-Ciao Paige.

Un segundo codazo.
-Madamigella Paige.
-Nuestro amigo la escoltará a su mesa.

Nada pasa.

-Amigo.-toce con la intención de llamar la atención- AMIGO.

Un hombre de mediana estatura, con mostacho de apariencia plástica y pelo azulado se aproxima.
-Sígueme.

Paige siguió al hombre que se parecía a Manny, pero que obviamente no era él (vaya intento de pasar desapercibido con un mostacho falso). Sería verde pensarlo.

"Debe ser que estoy nerviosa" pensó. "Nah."

Al acercarse, ella notó algo extraño.
El ocupante de la mesa también lo notó.
La dama se detuvo en seco tambaleándose un momento.
-Tu no eres mi cliente.
-¡Y tu no eres el Señor Swatch! ¿Qué haces aquí?
-¿Que haces tú aquí?
-¡Yo pregunté primero!
-Parece que vienen a ver a la misma persona.-rió Manny disfrazado de "mozo con mostacho nada obvio"-Tienen que esperarlo juntos.

Como se siente el enojo calentando el aire, Manny se retira.
-¡Chicos, está funcionando!
-Harry ya metió la pata.-regañó el del cabello no creativo- ¿Cuántas veces ensayamos esto?
-Una-respondieron Harry y Manny al unísono.
-Vale, vale.

De vuelta en la mesa, los disputados orgullosos no se molestan en mirarse. Excepto de repente. Paige a veces, pero con una mirada rencorosa. Tony por su lado, las veces en que Paige no miraba, contemplándola con indignación.
Hasta que llegó el momento en que ambos coincidieron.
Y se dieron la espalda por pura vergüenza.
-¿Que me ves tanto?
-No te estaba mirando. Eso es ridículo.
-¿Qué?
-No tengo tiempo para repetirte las cosas, Paige.
-Agh, eres tan.... ¡Verde!
-¿Cómo te atreves?

Manny (quiero decir, "el hombre que se parecía a Manny que claramente no era él") entró en ese momento con una trompeta en mano.
-¡Ya llegó!-tocó el instrumento, emitiendo una desagradable nota.
Entonces entró el tal "Sr. Swatch".
-Un momento...-pensó Tony en voz alta.
-No creí que fuera tan peludo.-dijo Paige.
-He he. Soy el Señor Swatch. Eh...-dudó, pero miró por la ventana. Shrignold gesticulaba desde afuera.- ¡Ah, si! Mujer, tu me pintas y yo hago negocios.
-¿Negocios?-interrumpió el reloj británico muy molesto-¿Qué negocios? ¡Tu no eres Swatch!-se levantó de su silla y lo amenazó con un pescado que traía en la chaqueta.
-¡TONY, ES MI CLIENTE!-gritó Paige, a la vez que tomaba un tubo de acrílico y rociaba el contenido en la cara de Tony.

En ese momento, todo se tensó.

-Paige Notepad.-dijo él, limpiándose la pintura de la cara con las manos. Casualmente un empleado pasaba por ahí con una bandeja. Salsa pesto.- Considérate muerta. -tomó la salsa y, firme, se la embarró a la artista en todo el pelo.
Paige gritó asqueada.
-¡Es verde!

Así comenzó la enfrentamiento entre el reloj y la libreta, lanzándose cosas que generalmente tenían consistencia líquida, a excepción de algunos platos y tenedores.
A partir de estas batallas siempre vienen consecuencias, ¿No? Tony acababa de lanzar un frasco de salsa de tomate, que casualmente acabó en la cabeza de un hombre de respetable estatura vestido de blanco.
Tony se fijó en la insignia que llevaba enganchada en la corbata. Un pin cuadrado de color rojo con una cruz griega blanca en el centro, es decir, la bandera de Suiza.
-Señor Swatch-se disculpó Tony con voz nerviosa- No era mi intención mancharlo de salsa.
-Nein. Yo soy reprresentante.-respondió el suizo- Yo venía a hacerr negocios. Perro me asegurrarré de que su emprresa nunca tenga una alianza con la nuestrra.

Shrignold estampó su cara en el vidrio, desilusionado.

Esa noche no se pintó ningún cuadro, ni se hizo un solo negocio.

"El primer intento falló." pensó el mariposo optimista. "¡Pero nada puede vencer a una mariposa como yo!"

Otro fanfic de DHMIS #PremiosDHMIS2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora