XII-Final.

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La búsqueda comenzó a eso de las seis de la tarde. Tony fue en su camioneta a recorrer las calles de la ciudad esperando ver una pequeña cabeza pelirroja entre la multitud; Paige por su lado se fue directamente hacia el museo, un lugar donde sabía que June se sentía seguro, especialmente por la exposición de su mamá.

Notepad ingresó al recinto siendo inmediatamente recibida por el guardia del museo. Era un hombre bajito y regordete, canoso y con ojos melancólicos. Poseía amplias habilidades intelectuales y era fanático de la geografía, por lo que la mayoría de la gente que lo conocía se preguntaba por qué no había optado por un trabajo mejor. Pero a él le gustaba el hecho de estar con la gente, hablarles, guiarlos por el museo y compartir sus conocimientos con ellos. De que era un gran anfitrión, eso si que nadie lo dudaba.

—Buenas tardes, señorita Note-saludó sonriente-¡Que bueno es tenerla por acá! Le comunico que ha venido un...

-Gilbert-interrumpió la dama-. Ahora no, por favor-vio como cambiaba la expresión del hombre y continuó con un tono más calmo-. Escucha, Gil, mi hijo desapareció y quería saber si lo habías visto pasar por aquí.

El guardia hizo memoria, luego contestó:-¿June? No lo he visto, lo siento... ¿Cuándo lo vieron por última vez?

-Hace dos horas.

-No puedo hacer mucho ahora, pero voy a cerrar temprano las puertas para revisar las cámaras. Si encuentro algo, te llamaré-le dedicó una sonrisa amable-. Tranquila, ya aparecerá. De seguro es una jugarreta y nada más.

-Gracias, Gil ¿Qué haríamos sin ti?-a continuación le dio un golpecito en el hombro y se retiró.

Shrignold se unió a la búsqueda. La zona comercial era un sitio bastante amplio, por lo que consideró una buena idea recorrerlo a vuelo veloz. De vez en cuando se detenía en alguna tienda para dar la noticia, así los vecinos estarían al tanto del niño perdido. Voló y voló ágilmente durante cuadras, esquivando minuciosamente a la gente que por ahí pasaba.

Metronome acababa de entrar a la tienda de música para pedirle ayuda a su buen amigo Johan, quién no dudó en acceder. Se preocupaba mucho por ese par de niños, ya que eran como hermanos para él. En seguida se ofreció en acompañarla.

Cuando iban saliendo de la tienda , el joven tomó la delantera inconscientemente. Sin previo aviso, chocó con alguien que venía volando a exceso de velocidad y ambos salieron eyectados por el impacto.

-¡Oh por Bach!-exclamó la pequeña de solo ver la escena.

Ambos chicos se hallaban en el suelo, la gente comenzó a rodear la escena poco a poco, mientras ellos se incorporaban doloridos. Johan, una vez que se le pasó lo aturdido, se puso de pie rápidamente para ayudar al otro accidentado.

-Lo siento, no debí cruzarme-se disculpó mientras le ofrecía una mano. Shrignold reconoció su voz y levantó la mirada con cierto temor, rechazando su ayuda y echándose hacia atrás por un instante.

-¿J-Johan...?-tartamudeó.

Al mencionado le costó reconocer a su ex-compañero de clases. Había cambiado, se peinaba diferente, estaba más alto y al verlo parecía un mondadientes; incluso le había cambiado la voz. Nada como antes.

-Vaya, tanto tiempo-murmuró mientras lo ayudaba a levantarse.

-¿Ustedes dos se conocen?-preguntó la chica tontamente-Qué pequeño el mundo, Strauss mío.

Shrignold no podía quitarle los ojos de encima. Recordaba a Johan de forma distinta, ahora estaba hecho todo un hombre. Se veía... lindo, a decir verdad. Se desconectó de su trance de una vez por todas para darle importancia al tema que los reunía.

Otro fanfic de DHMIS #PremiosDHMIS2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora