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     Después de todo lo que sudé limpiando la casa decido bañarme nuevamente, la verdad es que sí lo necesitaba. Preparo la regadera, regulo la temperatura del agua y utilizo mis exfoliantes para que el baño valga la pena. Cuando termino rocío sobre mi piel una loción con olor a vainilla, arreglo mis uñas de manos y pies y me quedo en bata en la habitación esperando a D mientras intento ver una serie de televisión.

     Nada de esto me emociona pero si luzco bien podré atraer más clientes y más clientes significan más propinas y si tengo suerte podrían ser buenas, eso podría ayudarme a reunir el dinero con mayor rapidez y acabar con esto lo antes posible.

     Eran las ocho treinta de la noche y Dylan aún no llegaba, yo estaba muerta de nervios, normalmente sale de trabajar a las ocho y hace cinco minutos en llegar. Puede que haya surgido algún inconveniente que hiciera que se quedara más tiempo de lo normal y de ser así necesitaba comenzar a arreglarme, así que lo espero un momento y decido mandarle un mensaje de texto.

Dylan ♥
Viernes 20 de jun 20:43

Hola cariño, ¿podrás venir esta noche?, No quiero intervenir con tu trabajo.

Besos.
-B.

Por supuesto hermosa,
te lo había prometido.
Vine a la laza por unas
cosas pero ya no tardo.

¡Te tengo una sorpresa!

-D.

     Diez minutos después tocan la puerta, me dirijo en bata y pantuflas pero antes de abrir veo por la mirilla para asegurarme y ahí está D tan presentable como siempre.

     —Anda abre ya que tenemos mucho por hacer.

     Abro la puerta y lo veo con un par de bolsas en las manos.

     —Creí que nunca llegarías.

     —Lo siento B, pero tenía que pasar por unas cuantas cosas al fashion plaza, ya sabes que tengo algunos contactos ahí y he conseguido varias cosas a muy buen precio.

     —No quiero ser grosera..., pero en este momento no puedo permitirme malgastar mi dinero —le digo temiendo su reacción aunque sé que sus intenciones son buenas.

     —No podré ayudarte a pagar esos setenta y cinco mil pesos...

     —Son ochenta —lo interrumpo.

     —¡Dios!, ¿ese hijo de puta sigue cobrándote intereses como a cualquier otro? —pregunta desconcertado.

     —El hecho de que haya sido su novia no cambia las cosas, para él no soy nadie. Lo que creo es que quiere vengarse, ya sabes, por haber terminado con él por querer acostarse conmigo cuando no estaba lista.

     —Un patán, eso es lo que es. B te dije que no era bueno salir con alguien tan peligroso.

      —Y ahora lo sé, en cuanto pague mi deuda le pondré fin a todo esto te juro.

     —Eso espero cariño, eso espero. Pero el punto aquí era que como no podré ayudarte a pagar esa gran cantidad de dinero al menos puedo ayudarte a que lo consigas más rápido, tómalo como un regalo de mi parte, pero no importa lo que haga sabes que no estoy de acuerdo con esto verdad —lo afirma en lugar de preguntar pero de todas formas asiento.

     —Lo sé y te lo agradezco.

     —Vamos a tu habitación y pongámonos manos a la obra.

Deseada Seducción A Primera VistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora