- Bueno... Entonces no hay un Sr. Barry?, preguntó Jeremy.
- No el Sr. Barry es mi padre y mi hijo que también lleva mi apellido. Soy soltera, Jeremy contesté un tanto descolocada. Me pareció ver una sonrisa en su rostro, pero no estaba segura.
Cada cierto rato, sentía su mirada escrutadora sobre mí, hasta que por fin me atreví a preguntarle.
- Hay algo de malo con mi cabello, o se me corrió el maquillaje.
- Oh no, lo siento, discúlpame, no quise incomodarte, es que al mirarte, me parece que te conozco de otra vida, me encanta charlar contigo, eres muy amena, entretenida, agradable...,
- Que galante de parte de este hombre que más parecía un dios griego. Ay Miriam... tú y tus locuras se me están contagiando.
Lo miré atónita, por lo que dijo, luego pensé no creo que esté tratando de impresionarme o coquetear conmigo, nos llevamos unos cuantos años de diferencia, y bueno a estas alturas mi radar de flirteos está un tanto desactivado, así que no supe qué debía detectar.
Estaba metida en mis pensamientos cuando Jeremy se excusó para ir a los servicios higiénicos y me quedé sola, mientras para distraerme tomé el programa, instintivamente y por curiosidad busqué su nombre. Allí estaba una mini biografía Jeremy Dunhill, dramaturgo, nacido en Cambridge el 11 de mayo de 1982, graduado de Literatura y Filosofía en la Universidad de Oxford, Summa Cum Laude, destacando que ese grado solo lo habían obtenido a la fecha sólo 10 graduados desde su fundación que según se cree data del año 1096. Así que el muchacho es una lumbrera. Y joven, me repetía mi subconsciente. Bueno Beki, no todo lo que se quiere se puede, menos mal no pierdes nada no es un Lord, pensé.
Jeremy regresó y diez minutos después de leer su curriculum, me estaba tratando de despedir o más bien huir de su lado, fue en vano porque me recordó mi promesa de bailar con él. Minutos después debí cumplir.
- Su aroma me tenía hechizada olía exquisito. Mientras la melodía de Can't take my eyes off you (No puedo quitar mis ojos de ti), llenaba el salón y literalmente ambos no quitábamos los ojos, el uno del otro.
- Luego de que terminó la pieza, Jeremy me condujo hasta la terraza del lugar, era preciosa con una vista al Rio Támesis y de fondo el London Eye. Para romper el silencio le pregunté a Jeremy por su vida personal.
- Casado y frustrado, con un hijo de dos años que es mi vida, a punto de divorciarme y desde esta noche con más ganas aún... Traté de ignorar su comentario, mi radar estaba desactivado...
No podía, ni siquiera de chiste pensar que ese mensajito estaba dedicado a mí, sería lo más ilógico.
- Jeremy se me acercó peligrosamente. Por Dios es condenadamente guapo y yo como una tonta, me preguntaba cuándo iba a desaparecer. Mientras, cerré mis ojos cuando se acercó a mi oído y me dijo con su voz maravillosa.
- Rebeca, te gustaría desayunar conmigo y luego pasear por la campiña inglesa?
- Siempre que no implique dormir contigo. Reí, para luego darme cuenta de mi frase, enrojecí porque no podía creer que haya dicho eso.
- Por mí no hay problema - Replicó con una sonrisa muy sexy.
- Lo miré atónita. El reaccionó de lo más normal, no dando importancia a este momento tan embarazoso.
Titubeando y muy nerviosa agradecí su amable invitación, y le pedí que no mal interpretara mi exabrupto. Me quedan pocos días antes de regresar a Chile, así que. Acepto. (Aún no puedo cree que haya contestado tamaña estupidez).
- Gracias, me siento honrado.
- Puedo preguntarte, Por qué?
- Por qué, que ?
- Que, por qué quieres salir conmigo? Inquirí.
- Que te digo, desde que te vi dando tu discurso, me gustó tu vehemencia, lo orgullosa que estás de lo que haces y la humildad con que compartiste tu premio, luego cuando me acerqué a ti, me gustó tu compañía, hay algo que no se descifrar pero, siento que nos conectamos, es algo que no me pasa con frecuencia, diría que no me pasó antes. Y sé perfectamente lo que piensas, estas reticente y sé porque es y es por tu edad, verdad? Eso, a mi no me importa en absoluto.
- Pero podría ser tú madre. - Si, pero no lo eres, lo que sí, mamá es tan linda como tú.
-Claro, le respondí, además debe tener mi edad.
- No, mamá es menor que tú. Respondió tranquilamente.
- Me atoré con la bebida y recordé que en los programas venia impreso el curriculum de los premiados y obvio el mío estaba allí con todos mis datos más relevantes. Oh Dios como lo olvidé.
- Y aún así quieres pasear conmigo. Le repliqué.
- No sólo pasear, sino llevarte a mi mundo a que conozcas lo que hago, presentarte a mis amigos. Te dije que contigo me siento muy cómodo, feliz diría yo.
- Le agradecí sus palabras, pero también le recordé que estoy de paso y a su mujer, que diría ella si sabe que está haciendo planes con una desconocida y más aún mayor.
- No creo que le importe. Fue su escueta respuesta.
Ya era hora de regresar al hotel, yo estaba muy cansada, así que Jeremy se ofreció a llevarme, mientras conducía nos pusimos de acuerdo en nuestra cita, el pasaría a buscarme tempranísimo. Al despedirnos se bajo de su auto, me abrió la puerta y me ayudo, al estar tan cerca, Jeremy en un acto inconsciente, eso creía yo, me besó. Yo sorprendida lo rechacé y le regañe diciéndole que si lo volvía a hacer no saldría con él.
- Lo siento me dijo a modo de disculpa.
- No, no es cierto no lo lamento, es más si no me hubieras detenido...
- Por favor no sigas, le pedí. Tu no entiendes, ya sabes mi edad y eso me frena, me inhibe.
- Claro que lo entiendo, pero no te comprendo, no puedo creer que en pleno siglo XXI todavía existan esos prejuicios, reclamó Jeremy.
- Bueno no sigamos peleando, en un rato más vendré por ti y te quiero bien despierta tenemos mucho que recorrer.
- Me llevó muy cerca de la entrada y no pude evitar que nuevamente me besará, esta vez me deje llevar y lo disfruté. Después me sentí culpable. Me odié y aquella noche no pude conciliar el sueño solo hasta casi las tres de la madrugada.
Ese rato fueron sueños azules esa mirada no me dejaba en paz y yo por más que quisiera no podía borrar esa sensación que provocaron sus labios en mi boca. Parecía una quinceañera con las hormonas revueltas.
Mientras trataba de conciliar el sueño, necesitaba hablar con Miriam, ella sabría qué hacer. No recordé el cambio de horario, menos mal que aún estaba despierta, le conté a grandes rasgos lo que me sucedía. Desde su punto de vista no había nada de malo con la edad.
- Deja de coartarte, es feo, jorobado, no se no hay excusas ya no más Beki, por Dios has pasado la mitad de tu vida criando a mi ahijado, date tiempo para ti disfruta. Acuérdate que estarás solo unos días y qué más da. Vive la vida mujer.
- Debo reconocer que no me dormí más tranquila, pero si trataría de disfrutar y pasarlo bien.
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ESTABAS A LA VUELTA DE MI VIDA
RomancePodrá Beki Barry con los prejuicios ajenos y los propios. Después de un viaje a Londres para recibir un premio, su estructurada vida cambiará para siempre. Allá no solo vivirá un linda experiencia, sino que conocera a un hombre que le hará sentir c...