तीन

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0003.

—No puedo dormir aquí.

Era la quinta vez que decía eso, se levantaba de la cama, caminaba descalzo un minuto y volvía a sentarse a mi lado.

—Es un simple motel.

—Exacto. No es tu casa— de nuevo caminó, pero esta vez se dirigió a la cafetera que había comprado hace un tiempo para sentir esto como mi hogar.

La encendió y preparó dos tazas. Ambas para él. A las dos veintiséis de la madrugada.

—Así tendrás menos razones para dormir.

—Exacto. Me mantendrá despierto un largo rato.

—Maldita sea, Harry.

Me cubrí entero con las sábanas para conciliar el sueño o, al menos, intentarlo.

Harry se tiró encima de mí y empezó a largar grandes carcajadas como un niño de cuatro años.

— ¿Cuál es tu problema?—Cuestioné, tratando de divisar su hermoso rostro en la oscuridad del cuarto.

—Tú y este lugar tan terrible.

—Es mejor que tu casa—respondí sin descubrirme la cara.

Él detuvo sus risas y no me dirigió una palabra hasta que salió el sol.

what harry never knew; larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora