-y tú en que trabajas?-me preguntó ella.
Cada vez que tenía que responder eso me asaltaba una gran vergüenza,una turbación que me hacía dudar de decir la verdad o sazonar la realidad con pequeňos ingredientes que mejoraran mi condición.
-En un ministerio-respondí entonces,optando por siempre por lo segundo-Soy funcionario.Pero no me haz dicho nada de mi ofrecimiento.¿Por qué no te quedas hasta que te sientas mejor?.
Una mano delgada,venosa,tocó suavemente la mía:
-¿Hablas en serio?
-Por supuesto-le dije-.
Anabela aceptó,con un gesto aprobatorio, y se tomo el último sorbo de té frío que quedaba en su taza.Había surgido un compromiso tácito entre nosotros, y solo nos dedicamos a disfrutar de ese maravilloso sábado.
Fui al mercado a comprar pescado fresco.Cuando regresé,Anabela me esperaba con agua hirviente en una cacerola,toda llena de emoción para empezar a preparar el almuerzo.Como hacía tanto,dejé todo en manos femeninas.Con total inocencia,pensé que así de felices debían ser los hombres casados.
ESTÁS LEYENDO
El Hambre De Anabela
УжасыAnabela es una hermosa mujer que llega a la vida de un impenitente y melancólico soltero a quien el amor había ignorado durante aňos. Mientras tanto en la ciudad,cuerpos mutilados mantienen a la policía en zozobra.Nadie se siente seguro de salir de...