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-Ya te habrás dado cuenta de las cosas que me están pasando-me dijo con mucha ternura-ha llegado el momento.

-Sí,ya lo sé.

-Ahora mismo entraré a la habitación y estare allí varios días.

-Cuántos?

-Los necesarios y tu deberás cumplir con lo que me prometiste.Por favor no hagas preguntas,no dudes,no intentes entrar al cuarto.Solo te pido eso.

Me dio un beso en la frente, me encargo la comida del perro y se perdió tras la puerta lacrada de mi cuarto.Me prepare el desayuno,regué las plantas,me fui a trabajar simulando que nada raro sucedía,pero al volver hubo algo que me hizo pensar en lo absurdo de la situación: encontre al perro rascando la puerte de mi cuarto.Cargue al perrito con un brazo,cuando estaba dispuesto a apartarlo,escuché algo detras de la puerta que me paralizó:era una especie de gorgoteo,de ruido gastrico.

-Anabela?Estas bien?

Desde luego no hubo respuesta.Solo más de ese ruido glutinoso que termino por asquearme.Mil preguntas me aplastaron esa noche.¿Quien era anabela?¿ y sus alimentos?¿Por que se queria suicidar?Lo último me inquietaba más.Hacia tres días que anabela estaba encerrada en la habitación y nunca la habia abandonado para comer.

Por otros días otros sucesos empezaron a intranquilizarme.Los periódicos sensacionalistas y hasta los más serios-se llenaron con noticia que daban cuenta sobre una ola de crimenes en los suburbios de la ciudad.Según las noticias,los callejones mas oscuros y apartados comenzaban a convertirse en escenarios sangrientos,donde cada vez con más frecuencia aparecian cadáveres,piernas mutilada,charcos de sangre.La policía,que nada sabe de estas cosas determino que se trataba de una bansa de metaleros dedicados al satanismo.Pero,por supuesto,la verdad era otra.

El Hambre De AnabelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora