CAPÍTULO 1. DOLOR

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Las manos me duelen y el costado también, ya llevo demasiado tiempo con este dolor, siglos ya. Gabriel no ha encontrado un sitio donde quedarnos, pero sé que pronto llegará con noticias. Esta ciudad es fría y lúgubre muy gris para mi gusto pero no tengo a dónde más ir, es mi última oportunidad para encontrarla.

Miro por la ventana de la cafetería donde estoy sentado y lo único que veo es a gente triste y desesperada, sin una gota de luz en sus ojos, solo oscuridad...

- Jota, ya encontré un lugar, no es lo mejor pero nos protegerá del frío.

- Que bueno Gabriel! me estoy congelando aquí, muéstrame el lugar.

Pago el café y nos adentramos por calles oscuras, aún no ha salido el sol. Tanto Gabriel como yo llevamos debajo de las gabardinas armas (solo por si acaso), nunca se sabe cuándo pueden atacar los lacayos de Hadad, "todo es tan diferente y al mismo tiempo tan igual".

- Llegamos Jota, aquí podremos descansar y organizar un poco mejor las ideas.

Lo primero que veo es una fachada vieja y roída por el tiempo, adentro las cosas no mejoran, la casa es grande, la dueña (una señora más vieja que la casa misma) nos explica qué debemos cerrar con candado la puerta tanto estando dentro como no.

- Sigan el consejo, un par de jóvenes guapos como ustedes llaman mucho la atención, y en estos días no respetan a nadie. - dice la señora viéndonos.

Dicho esto nos entrega el candado y se va, arrastrando todo el peso de sus años a paso lento.

- Buen lugar nos encontraste Gabriel, al menos las camas son cómodas y la dueña nos habló claro.

- No sé si me lo dices en verdad agradecido o si estás siendo sarcástico Jota, sabes que no tenemos muchos recursos y si mal no recuerdo, tienes más de lo que tenías cuando viniste por primera vez.

En eso Gabriel no se equivoca, tengo mucho más... más dolor, más prisa, más obstáculos y menos tiempo, la decisión ya está tomada y si fallo todo se perderá.

- Tienes razón Gabriel, disculpa, es que no pienso con claridad por el dolor, desde que llegamos es más intenso.

- Cuando la encontremos el dolor pasará.

- Eso espero... - eso espero.

Nos vamos a dormir, mañana empieza la búsqueda.

RENACIMIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora