CAPÍTULO 8. ALIADOS

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Salimos apresuradamente del bar, aún no puedo creer que la encontré; el dolor en las muñecas regresa con intensidad...

- Espera Gabriel, tengo que volver... no puedo dejarla ahí.

- ¿Estas demente?, no podemos regresar con Gehena ahí; solo somos dos y ellos cientos... miles. - Me dice Gabriel con cara de preocupación-

Tiene razón, si me acerco ahora todo se irá al traste. De repente, un movimiento extraño me saca de mis pensamientos... alguien nos está siguiendo...

- Gabriel!, alguien nos sigue - digo casi como un susurro -.

- Lo sé, nos observó en el bar y nos siguió cuando salimos... sigue caminando yo voy a ver quién es.

Hago lo que Gabriel me dice y cuando menos pienso él ya ha dado la vuelta y se lanza sobre la figura.

- ¡QUIETO!, ¿QUÉ QUIERES?

- AYYYY, BRUSCOOO

- Contesta ¿por qué nos sigues?

- Tranquilo no voy a hacerles daño mi amorrrr.

Gabriel levanta su mano y grita...

- ¡YO NO SOY SU AMOR!

Decido intervenir antes de que mate al pobre tipo. Cuando lo miro noto que tiene la cara con moretones.

- Tranquilo Gabriel, no creo que sea peligroso. ¿Por qué nos sigues?.

- Mira bello - lo dice con una voz muy afeminada-, me llaman Isa y vi como mirabas a mi amiga en el bar, ¿qué clase de interés tienes en ella?.

- Si nos interesa o no, no creo que sea tu problema - dice Gabriel -.

- Tan lindo y tan bravo... se te va a arrugar el cutis con tanto estrés.

- ¿QUÉ?!!!.

Isa se recoge al ver a Gabriel con deseos de darle un golpe, yo me meto entre los dos algo divertido por los comentarios de Isa y la furia de Gabriel.

- Mira Isa por favor respeta a mi amigo, no creo poder sostenerlo más. - Le sonrío.

- Esta bien, pero lo hago por ti no por él.

- ¿Por qué tanta curiosidad Isa?.- Le pregunto.

- Gaia es mi amiga y Hadad la tiene prisionera hace 2 días, no confío en nadie de aquí... todos le temen a Hadad.

- ¿Y tú no le temes? - pregunta Gabriel -.

- Le temo sí, pero lo odio aún más.

- ¿Y qué te hace pensar que somos de fiar? - pregunto -.

- Mi amiga tiene un don, ella sabe cómo son las personas con solo verlas; así nos protegíamos... ella me decía si el cliente era de fiar o no y yo la cuidaba cuando ella era la que atendía. Por eso lo supe, ella te miró y dejo de ver a los demás... ella solo te veía a ti.

Gabriel me mira un poco escéptico.

- Bueno, según eso le causaste buena impresión. Pero este no es el lugar para hablar, ¿sabes a dónde podemos ir, un lugar seguro?. - Pregunta Gabriel-

- Vamos a su casa, la mía está siendo vigilada... hasta tuve que disfrazarme de hombre para poder salir. - Dice Isa -

- Perooo, si eres un varón pendejo, ¿cómo te ibas a disfrazar de uno? - dice Gabriel -.

- ¡Soy una mujer!

- Bueno, bueno si vamos a pelear lo hacemos en otro lado no aquí; vamos a la pensión.

Y así los tres llegamos a la pensión, metimos a Isa al cuarto evitando que lo... la vieran.

- Bueno, ahora sí... si voy a confiar en ustedes tienen que decirme ¿quiénes son y de dónde vienen?; y lo principal ¿qué quieren con mi amiga?.

- Son muchas preguntas Isa, lo primero es que si, no somos de aquí. Lo segundo mi amigo se llama Gabriel y es mi escolta, yo soy Jota y lo tercero es que a tu amiga la estoy buscando desde que tengo uso de razón y quiero sacarla de aquí.

- Siiii, cuando vi cómo te miraba supe que eras de fiar; cuenta conmigo para lo que sea.

- Gracias Isa, ¿me podrías decir tu nombre de pila?, por favor.

- ¿Para qué? , soy Isa y ya.

La miro a los ojos y le digo.

- Sabes que a Isa te la inventaste tú, pero ¿quién está debajo de Isa?, si quieres hacer algo por tu amiga necesitamos a esa persona.

Isa me mira y luego dice bajito...

- Sebastián.

En ese momento Gabriel nos habla.

- Bueno señores - dice e Isa lo mira con disgusto - acabo de hablar con un amigo por el teléfono satelital y me dio un dato interesante, resulta que hay tres de los nuestros aquí... espías de la tribu de Drusila, mañana iremos a buscarlos.

- Bueno eso está bien. Por ahora, dime Isa ¿cómo llegaste a esta vida? y sobre todo ¿cómo llego Gaia a esto?.

- Bueno... mis padres morían de hambre y uno de los chulos de Hadad les dijo que les darían una buena cantidad de dinero por mí, como saben mucha gente dejo de tener hijos por el crecimiento de la homosexualidad y los hetero que quedaban pues... no les llamaba mucho la atención tener hijos. Por esa época no existía la ley de apoyo a las familias hetero y era muy difícil sacar una familia con hijos adelante y ya que a Hadad le gustan los niños pues... resulte formando parte de su harem personal, éramos 7 uno para cada día de la semana. - los ojos de Isa se entristecen-. Bueno... paso por tanto tiempo que termine acostumbrándome y teniendo sexo con otros hombres, cualquier cosa para quitarme la peste de ese asqueroso de encima.

- Lo siento mucho Isa, ¿pero cómo saliste de ahí?.

- Cuando cumples 13, Hadad ya no te quiere y te echa a la calle; así fue como salí.

- ¿Cuántos años tenías cuando tus padres te vendieron? - dijo Gabriel -.

- 5

Nos quedamos en silencio mirando a Isa, sin saber qué hacer, hasta que hice lo único que podía... la abrace.

- Gaia abraza igual que tú - me dijo llorando-.

- Háblame de ella, por favor.

- Encontré a Gaia tirada sobre un andén un día de trabajo, le di comida para que dejara de temblar; estaba tan sucia y raquítica que llevaba varios días sin poder hacer nada y si aquí no haces nada te mueres de hambre. En fin... no sé por qué terminé llevándola a casa y cuando se recuperó la pulí y comenzamos a trabajar juntas.

- Pero ¿cómo llegó aquí?.

- Ni ella lo sabe, solo recuerda que tenía 13 cuando recogía basura en las calles y 14 cuando comenzó a prostituirse. No recuerda nada más.

Miserable Gejena, se la llevo cuando tenía 10... no quiero ni pensar lo que le ocurrió en esos 3 años para que perdiera la memoria. Me duele el corazón y mis muñecas comienzan a sangrar.

RENACIMIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora