RENACIMIENTO

CAPÍTULO 18. RECORDANDO

Se escucha el canto de un animal raro, Jota dice que es un gallo y que con su canto indica que ya llegó el nuevo día, nunca había visto uno, en Sedom casi no hay animales y los que se ven generalmente son ratas o perros, esos abundan por las calles.

Después del desayuno Jota y yo salimos a caminar por los cultivos del General Khan.

- Entonces ¿ahora sí vas a decírmelo todo Jota? ya estamos aquí, creo que es hora de saber toda la verdad.

- Está bien...te voy a contar una historia, tu historia. Debes saber, primero que todo, que solo han existido dos mujeres antes que tú que nacieron con la capacidad de destruir a Gejena.

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JOTA COMIENZA A CONTAR

>> La primera era resplandeciente y muy hermosa. Ayudó al primer hombre que existió a forjar y dar vida a la humanidad, fue la "primera madre", era pura e inocente, Gejena se aprovechó de esa pureza para engañarla. Es por eso que la maldad se posó en sus descendientes y creció hasta como hoy la conocemos.

La segunda nació humilde, y de igual manera inocente, su fuerza interna hizo mella en el corazón de mi padre, ella fue mi madre...pero su fuerza no era la suficiente para enfrentar a Gejena... aunque hizo algo más, dio esperanza.

Al pasar el tiempo nació una tercera mujer, era la niña más hermosa que yo haya visto jamás, al mirarme me robó el corazón, desde entonces juré cuidarla y amarla por siempre.... pero, por desgracia Gejena se enteró que esa niña tenía la fuerza suficiente para destruirlo, entonces ocurrió lo impensable... un día cuando ella apenas tenía 10 años Gejena atacó con una legión de sus soldados; aunque nos defendimos, fuimos engañados, Gejena había sobornado a la persona que cuidaba de la niña para que la sacara de la ciudad. En ese entonces todos nosotros estábamos protegidos por el pueblo de Drusila.

- Dices que... - Interrumpo el relato de Jota

- Sí, digo que tú eres esa niña (confirmó Jota interrumpiendo mis palabras). Mira, cuando la traidora te sacó de la ciudad, aprovechando que todos estábamos defendiendo las fronteras Gejena te llevó lejos, dio la orden a Náfal para que rodeara la ciudad y así no pudiéramos salir a buscarte. Cuando pudimos abrirnos paso ya había pasado más de un año... desde entonces no había parado de enviar mensajeros por el mundo entero para encontrarte, pero hace un tiempo; mi padre tomó la determinación de acabar con Gejena con su propia mano, así que decidí salir a buscarte por mi cuenta, esa es la razón por la cual Gabriel me protege. Hicimos un trato con mi padre y si logro mi cometido las cosas podrían terminar de forma algo diferente.

- Y...¿cuál es tu cometido? - le pregunté a Jota.

- Lograr que me ames. – Dice con determinación mirándome fijamente, esos ojos que me hacen sentir como una niña, esos mismos ojos que parecen penetrar hasta lo más profundo de mí ser.

- Já, entonces... según lo que dices... Jota, yo nunca he amado antes... nunca he sentido nada (dije casi como un susurro) Jajaja, además ¿crees que te voy a creer que yo soy la heroína?, entonces ¿yo destruiré a Gejena solo porque tú lo dices?; discúlpame Jota pero hasta ahora no derrito el metal con los ojos y tampoco vuelo, ni tengo súper poderes. - Dice Gaia en tono burlón.

- Ese es el punto...tú tienes la fuerza para hacerlo pero no podrás sola, estando unidos verdaderamente lograremos vencer a Gejena. Gaia...¿crees que te mentiría?, te estoy hablando con la verdad.

Miro la tierra verde y extensa buscando algo en mi mente, pero no logro recordar nada...siento que el dolor en el pecho regresa y se vuelve punzante haciéndome caer de rodillas.