CAPITULO 28. RENACIMIENTO

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Todo está en silencio, es como si flotara en el aire abrazada a su cuerpo...cuando abro los ojos veo como me observa; es muy hermoso y sé que estoy segura con Él.

- ¿Qué paso con todos?.

- Ellos ya no están más. - Lo dice mientras acaricia mi cabello con ternura.

- ¿Qué quieres decir Yeshua?.

- Cuando viniste hacia mí y me dijiste que me amabas, la luz que emanaba de ti nos envolvió a ambos ¿recuerdas?.

- Creo que sí, lo que más recuerdo es la voz de Gejena...

En ese momento miro en todas direcciones y me doy cuenta que las estrellas nos han rodeado; no hay gente, no hay soldados...no hay nada solo Él y yo.

- Pero Yeshua ¿cómo es posible, a dónde han ido todos; dónde estamos??? (lo miro buscando una respuesta)

Jota me abraza suavemente y me tranquiliza, escucho el latido de su corazón.

- Gaia, no te preocupes por ellos...todo está siendo reiniciado; la humanidad tendrá una segunda oportunidad, un nuevo nacimiento.

- ¿Qué quieres decir con un nuevo nacimiento?

En ese momento siento que ya no estamos solos, cuando lo veo me sorprendo.

- Padre.

- Mi querido hijo, veo que tu plan ha funcionado...lograste un cambio para el final de la humanidad y de Gejena por supuesto.

- Gracias por darme la oportunidad de hacerlo.

- Por milenios has intercedido por ellos hijo, tú sabías lo que yo pensaba hacer y tus suplicas y peticiones han cambiado todo esto. Tú entiendes mejor su naturaleza ya que viviste en carne propia lo que ellos sienten. Yo esperaba que lograran cambiar por sus propios medios pero la maldad que los rodeaba nunca los dejó ver con claridad.

- Padre, tengo el placer de presentarte a mi futura esposa solo hace falta tu bendición.

Miro a Jota y sonrío nerviosa, me ha dicho "esposa" y mi corazón da un brinco de alegría al saber que eso seré para siempre.

- Hija que alegría, por fin tomaste una decisión...les doy mi bendición vayan renazcan, fructifiquen y multiplíquense, los dos juntos harán un cielo nuevo y una tierra nueva y yo estaré feliz de guiarlos y protegerlos.

Nos abrazamos los tres y siento como me besa en la frente.

- Syra yo...

- Ya no me llames así, mi nombre es Jehová...como el nombre de tu esposo es Yeshua; de ahora en adelante la humanidad nos conocerá por nuestros verdaderos nombres, ya no habrá confusión en sus mentes y corazones todo lo que les dejé por escrito estará grabado en ustedes, los misterios del universo entero ahora también los conocerán, ya no hay secretos entre nosotros. Ahora los dejo, creo que tienen mucho por hacer, ¿verdad hijo?.

- Sí señor.

- ¡Ah!, otra cosa no estarán solos he seleccionado un grupo de personas que los apoyaran en esta tarea; entre ellos están los apartados del pueblo de Drusila, 144.000 para ser exacto y otras personas que se alegrarán al verlos; ellos son renacidos sin pecado, aunque recordarán a la vieja tierra estarán totalmente conscientes de mí y tendrán una relación de amistad plena conmigo, pero sus hijos serán niños puros de corazón una nueva generación con total conocimiento de mis protectores y de mí, la humanidad y yo ya no nos separaremos nunca más.

Yeshua y yo lo miramos y sonreímos, en ese momento desaparece.

- ¿Qué quiso decir con "mucho trabajo que hacer"?

Yeshua me mira y sonríe.

- Bueno, entre más nos amemos más bella será la nueva tierra...entre más unidos estemos cada uno de nuestros hijos conocerá el amor, la paz y la sabiduría plena... y la tierra será cada vez más bella. La humanidad renacerá de ti y de mí Gaia, tú y yo por siempre y para siempre. Tú serás mi esposa, mi amiga; mi amante y la madre de la humanidad, tú eres la segunda Eva y yo el segundo Adán.

Yeshua toma mi rostro y me besa, siento como sus manos acarician mi piel...no quiero que pare y sé en mi interior que nos amaremos por la eternidad; ya no tengo miedo solo quiero entregarme total y plenamente a Él y amarlo con todo mi ser, mi corazón comienza a latir con fuerza y entre más late puedo sentir que algo se va formando alrededor nuestro. Mi piel siente la tierra debajo de mí, cuando abro mis ojos veo el cielo lleno de estrellas, todo está lleno de naturaleza y escucho a muchos animales a mi alrededor, este día es el primero de mi vida...este día comienzo a vivir plenamente como siempre soñé.

- ¿Eres feliz Gaia? - me pregunta Yeshua, acariciando mi rostro-

- Si, por fin lo soy ...dime ¿dónde está todo?, nunca había visto un cielo tan hermoso.

- Esta nueva tierra es el paraíso como fue al principio, no hay edificios; no hay carros...muchas de las cosas inventadas por el hombre han dejado de existir...la humanidad regresará a cultivar la tierra y aprenderá a respetarla, a cuidar a cada criatura viviente que existe.

- ¿Entonces no hay casas?, ¿dónde pasaremos la noche?

Yeshua me mira y sonríe.

- No te preocupes, conmigo no sentirás frio y mientras construimos nuestro nuevo hogar la naturaleza nos proveerá de un sitio cómodo donde resguardarnos. Ninguno de los que están con nosotros tendrá ningún tipo de necesidad, estos cuerpos son nuevos; regenerados con y por mi Padre para poder estar en el mundo físico y en el mundo espiritual todo al mismo tiempo.

- ¿Qué quieres decir?

- Ahora el hombre podrá ver el mundo espiritual a plenitud pues volvió a ser parte de él, los protectores caminaran de nuevo a nuestro lado y mi padre podrá nuevamente hablar audiblemente a todos, para ti y para los demás será algo nuevo porque aún tienen recuerdos del pasado, pero para nuestros hijos y sus hijos será algo natural....como siempre debió haber sido.

- ¿Qué pasó con Gejena y sus demonios?

- Ellos desaparecieron definitivamente, fueron llevados a un lugar del que nunca podrán salir...la vida y el amor que emanó de ti destruyó su poder sobre el hombre y ese es su castigo. Nunca más podrán engañar o hacerle daño al ser humano.

- ¿Y los muchachos, el general?

- No te preocupes por ellos, están bien y pronto los volveremos a ver.

Guardamos silencio recostados sobre el pasto mirando a través de la espesura de los árboles el cielo más hermoso y limpio que haya visto jamás, me doy cuenta de que este fue siempre nuestro destino como humanos...cuidar de la creación que nos fue dada para administrar, la Tierra nos pertenece a todos, es nuestro hogar, los mares son sus venas y cada ser viviente debe ser protegido y respetado...hacemos parte de ella. Me acurruco abrazada a Yeshua y al tocar su cuello noto que la marca ya no está.

- ¿Qué le paso a tu marca? - reviso con mis manos sus heridas -

- Ya no las tengo, he sido sanado por tu amor...ya no son necesarias.

- ¿Necesarias?

- Me recordaban y les recordaba a todos los que creían en mí, el sacrificio que hice cuando vine por primera vez, como entregue mi vida por amor al ser humano; pero ahora tú mi querida esposa, mi Gaia...me has sanado con tu amor hacia mí, nunca más volveré a sangrar.

Le sonrío y lo beso, Él me abraza y esta vez no se aparta de mí...siento su beso; un beso eterno que me aviva y hace que cada parte de mí se llene de energía, en ese momento nos volvemos uno eternamente...por fin soy plena. Yeshua me mira con ternura, mi rostro sobre su pecho siente el latir de su corazón, la Tierra ahora y para siempre está en paz.

"Ví un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más"

Apocalipsis 21:1

FIN

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