CAPÍTULO 12. NO ESTOY SOLA

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Una vez que Sebastián se va me dirijo a un rincón alejado del bar, y me siento a observar... el sitio es gigante y tiene dos plantas, hasta donde puedo ver. Las paredes son negras y hay una barra en todo el centro, hay 4 personas atendiendo el bar, los meseros son "diversos", hay hombres y mujeres; niños, travestis y personas...¡con ambos sexos!, si son hermafroditas o no... no lo sé pero como todos están desnudos, pues no dejan mucho a la imaginación. Aprovecho para probar mi comunicador.

- ¿Jota, me escuchas?.

- Si Gabriel, fuerte y claro.

- ¿Sabes dónde están los demás?.

- Lola y Leo están recorriendo el lugar y Larissa salió un momento para ver si hay otras entradas. Sebastián ya está con Gaia, escucho lo que dicen.

- Mantenme al tanto. Ah! por cierto, cuando nos veamos más tarde necesito hablar contigo a solas.

- Ok.

Al terminar de hablar con Gabriel le bajo el volumen a los comunicadores de los demás, me sudan las manos... por fin voy a hablar con ella. Sebastián está revisando si hay micrófonos o cámaras...no se oye nada.

- ¡Sebastián!, - le digo por el comunicador.

- ¡Ay brutas!, se me olvidaba el pichirilo este.

- Habla bajito... ¿hay micrófonos o algo?.

- Pues no, ya busque con el aparatico que me dio Lola y no encuentro nada Jota.

- Ok, quiero hablar con Gaia.

- Espera le paso el audífono, todavía no le he explicado.

Gaia mira a Isa extrañada.

- ¿Pero cómo?...

- Ya te explico, tenemos toda la noche pero por ahora alguien quiere hablar contigo. - Isa pone el comunicador en la oreja de Gaia.

- Listo Jota ya puedes hablar.

- Gaia, ¿me escuchas?.

Que voz tan bella, siento un calor que me recorre el cuerpo y ¡auch!, otra vez esa sensación en mi pecho... miro a Isa sin poder entender nada. Ella me sonríe.

- Gaia... ¿¡me escuchas!?. - Pregunta de nuevo Jota.

- Si... ssii, no tienes que gritar. ¿Quién eres?.

- Me dicen Jota y aunque sé que tienes muchas preguntas tendremos que dejarlo para después, cuando nos podamos ver en persona; por ahora haz todo lo que te diga Isa... pronto te sacaremos de allí.

- Pero... ¿quién eres, te conozco?.

- Hace mucho me conoces, pero sé que no lo recuerdas; por ahora solo te puedo decir que bailaste para mí el otro día, ¿recuerdas?, estabas en la jaula.

¡ES Él!, me pongo roja e Isa me mira algo burlona.

- Si me acuerdo... pero estaba bailando para mucha gente esa noche, ¿cuál eras tú?. - Le digo para que no note que sí lo había visto, es más... fue al único que vi.

- El que estaba muy cerca de la jaula, mirando los ojos más hermosos que he visto nunca.

Creo que estoy cambiando de colores como un camaleón porque Isa no deja de reírse. Que voz tan bella tiene, me tranquiliza.

- Creo que eso no fue lo único que viste esa noche ¿verdad?... Jota.

- Tus ojos estaban primero de un verde claro hermoso, pero cuando me miraste... cambiaron a un azul intenso... sé que estabas desnuda en esa jaula, pero en ese momento a través de tus ojos vi algo más que tu cuerpo....vi tu alma ¡y la amé!.

RENACIMIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora