15. Caen los poderosos

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Soy rodeada por la oscuridad, ahora somos uno. Puedo sentir el poder recorrer todo mi cuerpo, pero... No me gusta, tengo una sensación de pesadez en todo el cuerpo y las punzadas en el pecho no se han detenido.

Las miradas sorprendidas de Mira y del maestro me hacen sentir incómoda. Comienzo a caminar, pero inconscientemente, no puedo controlar mi cuerpo, la oscuridad lo controla. Trato de hacer algo, pero simplemente no puedo mover mi cuerpo a mi voluntad, ya no puedo escuchar la voz de Hime, y menos la de Señor y Señorita.

Zeref: ¡Detente, Lucy! ¡Puedes vencer a la oscuridad que se alberga dentro de la lacrima, no te dejes vencer tan fácil!

Zeref había saltado justo para estar frente a mí, me fije en él, tenía una mirada de preocupación y su rostro se notaba tenso, muy diferente a como lo vi la primera vez, con su rostro relajado, como si nada estuviera pasando a su alrededor.

Lucy: Apártate de mi camino, mago oscuro -las palabras salían de mi como si nada, mi voz era un poco más grave (Que digo... Esa ni siquiera parecía mi voz)

Un círculo de magia negro apareció en mi mano, significando que pelearía con él si no se apartaba del camino, Zeref no se movió ni un centímetro, más bien, el también se preparó para luchar.

Zeref: Si es a las malas... Sacare esa oscuridad...

No puedo evitar sorprenderme por el gran cambio de actitud de Zeref, hace unos segundos estaba muy serio y relajado, ahora aparece frente a mí como si estuviera preocupado y con una forma de expresarse totalmente diferente.

Pero claro que lo está.

Yo soy su salvación, según él, el poder blanco de la lacrima puede terminar con su sufrimiento... La vida eterna.

Pero algo sucede antes de que alguno de los dos pueda atacar primero. Zeref da un gran salto hacia atrás, esquivando justo a tiempo una gran barra de hierro proveniente de Gajeel.

Gajeel: Gehee, parece que tienes buenos reflejos -dijo con una gran sonrisa, puedo ver de reojo que detrás de él venían los demás.

Erza, Gray y Juvia invocan rápidamente su magia, viendo como el enemigo a Zeref, sin percatarse de la presencia del Gran Doma. Zeref parece maldecir un segundo antes de que Gajeel, Gray, Erza y Juvia se lancen a atacarlo.

Nanako tan pronto ve el estado de Wendy, Natsu, Mira y el maestro se pone a atenderlos, Levy, mientras tanto, invoca unas runas para mantener segura la zona donde están los heridos. Ninguno de los que acabaron de llegar parecen darse cuenta de que en realidad no soy yo, me sorprende que no hayan notado el cambio de magia.

Mi cuerpo se mueve con rapidez esquivando a todos los que estaban en medio, al parecer lo de "venganza" se lo tomó muy en serio, puedo localizar al Gran Doma un poco apartado de donde estaba, siento una punzada al verlo, pero mi cuerpo parece ignorar eso.

Gran Doma: Por fin vienes por ti misma, ¿estás cansada de sacrificar a tus amigos solo por tu bienestar?

Mi sangre hervía en ese momento, sabía que solo me estaba provocando para que perdiera más el control —Si es que eso era posible—, pero no dejaría que me ganara tan fácil, de todos modos, mi cuerpo parece pensar todo lo contrario a mí ya que se lanzó directamente para atacarlo.

En mi mano aparece una gran cantidad de magia oscura en forma de media luna, mientras que la mano del Gran Doma brilla del ya conocido color lila.

Nuestros poderes chocan generando grandes ondas de poder a nuestro alrededor, mientras los otros aún no parecen darse cuenta de quién es el verdadero enemigo, el rostro de Natsu se pone cada vez mas pálido, pero el de Wendy ya lo es totalmente, hace un momento no podía ver el subir y el bajar de su pecho, sabía lo que significaba eso, pero no quería aceptarlo. No podía ser posible. No ella.

Mi magia se incrementa, eso hace sorprender al Gran Doma y al mismo tiempo lo desestabiliza, aprovechó ese momento para tratar de hacerlo caer, logrando exitosamente, me lanzo encima de él para dar el último golpe, pero mi cuerpo se queda paralizado. El Gran Doma se levanta del suelo con una sonrisa siniestra.

Lahar: No permitiré... ¡Que le hagas daño al Gran Doma!

Lahar me había paralizado con unas runas, no puedo evitar mirarlo de forma furiosa, hasta que me fijo bien en él. Le faltaba un brazo.

En ese preciso momento apareció Doranbolt, tenía una espada en su mano y se notaba enojado. Ahora entiendo porque le falta un brazo a Lahar

Doranbolt: Digo lo mismo, no dejare que le toques un solo cabello a Lucy

Pero un grito desgarrador, que hizo que a todos se nos helará la piel, interrumpió la repentina llegada de Lahar y Doranbolt.

Era el grito del Gran Doma.

Justo en ese momento Zeref estaba atravesando el pecho del Gran Doma con su puño, Zeref saca su puño y mira el cuerpo del Gran Doma de forma fría. El Gran Doma cae al suelo de rodillas, mientras la sangre comenzaba a salir de su boca y del gran orificio que Zeref había dejado en su pecho.

Todo estaba en silencio, por fin había caído el Gran Doma.

...Pero...

Ahora había una nueva amenaza.

Eso lo supe con solo ver la mirada fría que Zeref me estaba enviando. Claro, yo no estaba en mis cabales en este momento.

Esa amenaza era yo.


Heart | Fairy TailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora