Este extraño sentimiento

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"Que rayos me pasaba ahora, estaba invadido por la furia, solo queria golpear a este tipo, hacerlo añicos, como se atrevia a siquiera tocarlo ¡demonios no estaba pensando con claridad!
Pero era imposible hacerlo en esta situación, lo único que sentía era íra recorrer por mis venas, la sangre me hervía, el furor que sentía en este momento nunca lo había sentido, En toda mi vida jamás me había sentido con tal vehemencia de destrozar a una persona, de hacerlo picadillo, cortar cada parte de su estúpido cuerpo, destrozarlo, quería desmembrarlo y luego reducirlo a cenizas.

Lo tomé por la bufanda color café que rodeaba su cuello, jalé y lo golpee en la cara hasta tirarlo al suelo, Me encontraba a horcajadas sobre ese pelirojo con cara de idiota, lo golpearía con exasperación sin siquiera conocerlo, y después de lo que acaba de ver mucho menos quería saber de él, de hecho quería hacerlo desaparecer, su existencia no tendría importancia después de tanto golpearlo"
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No escuchaba nada alrededor, el coráje que experimentaba se lo impedía todo estaba borroso, en su mente recreaba la imagen del imbécil sobre hinata y lo golpeó de nuevo, iba a estropear esa "linda cara" y el imbécil ni siquiera se defendía, eso solo hacía que la furía que le recorria cada extremidad de su cuerpo saliera aún más a flote.

-Ya Basta ¡detente!- escuchó una voz femenina alterada,para ser más especifico, provenía de la rubia de cuatro coletas de su grupo -¡Ya deja a mi hermano!-

volvió a gritar, todos estaban en silencio por la sorpresa, pero el no se detuvo, no le importaba de quien fuera hermano, en ese momento ni siquiera él se conocía, lo desollaría vivo ahí mismo, iba a propinarle un puñetazo más cuando lo detuvieron de la muñeca, se quedó estatico al ver al salvador del pelirojo.

-D-detente, sasuke-kun estás haciendole d-daño- sentía la mano del hyuga temblar, el portaba unas lagrimas en su bello rostro, eso lo hizo arrepentirse, no de golpear al pelirojo eso se lo tenía bien merecido, sino de hacerlo frente a hinata.

-onegai- repitió el pequeño presionando más la muñeca del moreno y mirándolo suplicante, el hyuga se encontraba arrodillado a su lado y aún así se veía más pequeño

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Naruto no podía creerlo, de la nada sasuke había atropellado a todos pasando de ellos y fue directo al pelirrojo desconocido que se encontraba sobre hinata, la primera percepción que tuvo fue detener a su compañero ya que su cara no demostraba nada bueno, y sabía lo que pasaba en estos casos, pero todo fue tan rápido, en unos segundo el estaba sobre el chico golpeándolo, estaba tan sorprendido que no había podido moverse de su lugar igual que todos los demás, temari había gritado que dejara a su hermano, y había intentado parar a sasuke, terrible error, ese no era sasuke en sus cabales, por suerte shikamaru preevió sus intenciones y la atajó para que no saliera lastimada.

Ya que nadie podía calmarlo en ese estado, se había quedado maravillado al verlo tranquilizarse con solo el tacto de Hinata Hyuga en su muñeca, él solamente había detenido todo al ver las gotas saladas que resbalaban del rostro del ojiperla ¿podía significar eso que su amigo si estaba enamorado de él? todavía no estaba seguro de eso, pero esto de hace un momento sin dudas era algo de importancia, ni siquiera él lo había podido calmar cuando se encontraba así, Hinata era totalmente un milagro para su amigo, no permitiría que el se le fuera de las manos, lograría por todos sus medios que ellos permanecieran juntos.

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sasuke observaba a hinata con los ojos bien abiertos, el estaba defendiendo a este tipo, examinó al pelirrojo bajo suyo y repitió en su mente *tienes suerte imbecil* con el ceño fruncido y extrema tranquilidad como si nada hubiera pasado soltó un suspiro pesado y se levanto, se largó de ahi de mala manera, con los ojos cerrados y con las manos en los bolsillos, buscando un lugar donde pudiera estar solo y aclarar sus ideas con la mente fría.

La Primera Rosa de PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora