Capítulo 1: Regan no seas una diva. Cómete un Snickers. /editado/

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Capítulo 1: Regan, no seas una diva. Cómete un Snickers. /editado/

Regan se sentó en la silla frente al escritorio y el director copió la acción. Este la miró, inclinándose para hacerla sentir intimidada, pero estaba equivocado. Ella no lo estaba. Regan era Regan. Nadie era capaz de intimidarla.

-Señorita Allen, la escena que causó ayer en mi oficina, me deja saber que no eres capaz para ser presidenta del club V.I.R.G.E.N.E.S. -el director respondió, y al finalizar la palabra virgenes, sonó con desagrado.

Regan se encogió de hombros, restándole importancia a la lectura que recibía de parte de él. Ella sabía que él no era capaz de negarle a estar en el club y menos el puesto de presidenta. Ella conseguía lo que se proponía; era una Allen.

-Pero, conozco a tu madre, así que te daré un aviso y solo tienes una opción para ser presidenta: tienes que ganarte a los miembros del club. -dicho eso, el director cojió un folder de una de las gavetas y lo puso encima del escritorio. Lo abrió y le dio una hoja a Regan. Ya esta andaba con una sonrisa falsa dibujada en los labios, tomó el folder y comenzó a hojearlo.

Era una lista de los miembros del club. No habían poco ni muchos, pero era perfecto para convencer a todos que ella era la indicada para ser presidenta. Notó que vario de los nombres se le hacía familiar, sabiendo que eso era un «piece of cake».

Solo debía ser amiga de ellos.

Ew.

Con tan solo pensarlo, le daba asco. ¿Ella? ¿Hacerse pasar amiga de los comunes? Never.

-Más tarde, avisaré a los miembros del ajuste que hice para que corras al puesto de presidenta. -dijo e hizo una pausa. -Espero que nadie se entere de lo ocurrido, Regan.

Regan guardó la hoja en su cartera Chanel y se levantó del asiento, cogiendo la cartera en mano.

-Un placer, Bryan.-le dijo, utilizando su nombre verdadero y sonriendo falsamente. Extendió su mano y el director la estrechó de mala gana.

Regan se dio media vuelta para caminar a la puerta, pero la voz del director la interrumpió de su pasarela.

-Ah, y se me olvidó advertirte; tu amiga Samantha también correrá el puesto de presidenta. -dicho eso, su sonrisa falsa se esfumó, convirtiéndose en un ceño fruncido, la ira ya se notaba en la mirada por segunda vez en el día de hoy. Primero, su mejor amiga Patricia había faltado a clase, dejándola con sus irritantes mejores amigas; Kira y Kiara. Y ahora, le chocó la peor noticia; iba correr presidenta contra su peor enemiga, Samantha. Regan la odiaba a muerte, su presencia la hacía vomitar.

Samantha Monroe.

Su nombre hacía que Regan le diera un puño en su horrible cara. Samantha era la chica buena, la nerd de la escuela, la que todos idolatraban. Cuando Regan y Samantha eran pequeñas, tuvieron un conflicto por un chico llamado Dylan. Regan se gustaba de él y Samantha también, desatando la furia entre ambas y una pelea por un estúpido chico que no valía la pena.

-Gracias.-al decir eso, continuó con su pasarela, cerrando la puerta de la oficina del director con un gran portazo.

Al llegar al pasillo de los salones, soltó un suspiro. Ahora debía ser una diva/zorra ante los ojos de todos los estudiantes. Notó que sus dos mejores amigas se encontraban recostadas sobre un locker, esperando desesperadamente por ella.

La Zorra Para Presidenta/EN EDICION/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora