2 días antes: parte 2

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—Mierda, ¿dónde cojones está Theo? —exclama Shiloh, levantando su cabeza del inodoro.

Se limpia el vomito que resta en sus labios con su brazo derecho. Estampa la puerta abierta y se levanta del suelo. Tiene que parpadear varias veces cuando el mundo se le va de lado. Se sujeta del lavamanos con su mano izquierda y se mantiene unos minutos jorobado, tratando de visualizar claramente la realidad. Cuando está listo sale del baño a tropezones hasta llegar a los asientos en donde todos se encontraban. Sólo que ahora ninguno de los tres estaban ahí.

—¿Dónde demonios están todos?

Ruth pronto aparece a su lado y tira de su camiseta, haciéndolo caminar fuera de ese lugar. Lo para frente a su auto y suspira.

—Puede que tenga una idea de dónde deben de estar esos traidores —golpea su pecho —. Llaves. Ahora.

Pero si la diversión estaba en ambos lados. Mientras Ruth y Shiloh estaba en camino a encontrar a Theo y a Shailene, ellos se están perdiendo en el uno del otro. Guiño, guiño.

—Oh por... ¡Theo! —Shailene gime con desesperación —. Duele... Agh... Muévete en éste instante...

—¿Por qué debería hacerlo? —sonríe inocentemente, burlándose un poco de ella y de su cara contornada.

—Porque me estás destrozando el pie. Quítate.

Theo se mueve y Shailene de inmediato se tira en la cama a frotar su pie.

—Lo siento —se despeina el pelo —. Aunque eso fue muy dramático de tu parte —se carcajea un tiempo.

—Pues no digamos que eres tan liviano como una pluma. Además, no es un dolor satisfactorio.

—Oh, yo podría demostrarte un dolor satisfactorio —Theo susurra para él mismo.

Shailene se quita los zapatos y se centra en la cama. En el fondo se sentía culpable por lo que está haciendo. Pero ya no había vuelta atrás.

—¿Dónde está el estúpido gato que amo? —dijo para distraerse por unos instantes.

Shere Khan sale del baño y corre a los brazos de Shailene.

Por alguna razón el felino le gustaba estar acurrucado en ella. Theo ríe cortamente. Podía apreciar a Shailene recostada en la cama de la habitación luchando contra el gato peludo. Estornudaba y parecía que su sarpullido se hacía más notable. Era cierto lo que el doctor les había dicho, no se le quitaría a tiempo para la boda. Además de que el pelaje de Shere no le favorecía a la piel de Shai.

Theo se tira a un lado de Shai, haciendo que el gato se espantara y se fuera a su rincón a dormir. Theo pasa una mano debajo de la espalda de Shailene hasta enredarse en su cintura. La atrae y la apachurra contra él. Ambos se quedan unos minutos respirando pesadamente.

—No quería casarme.

Shailene frunce el ceño

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Shailene frunce el ceño.

—Ya me lo habías dicho, Theo.

—Lo sé, pero esperaba que tú me siguieras la corriente y que termináramos con la versión de tu historia con Shiloh.

Shailene se queda sin aliento. Su respuesta le hacía un nudo en su garganta. ¿A caso todos ocultaban algo?

—Vamos, yo te confié mi secreto. Es tu turno.

Ella niega con su cabeza. No podía decírselo.

—Yo... No...

Antes de que pudiera decirle su excusa la puerta de la habitación se abre de golpe. Se nota como Shiloh se desploma en el suelo al instante y la rubia lo pasa con desprecio. Shailene empuja a Theo de la cama. Pero como ya habíamos remarcado antes, él era demasiado pesado y ella era demasiado débil. Así que no cae de la cama. O lo mueve. Sino que Ruth los descubre a ambos acostados en la cama, abrazándose.

—Sabes —empieza Ruth, sentándose en el borde de la cama —, antes tenía mucho miedo sobre decirte esto. Estaba aterrada. Pero ahora que te veo con esa zorra mis pensamientos se han aclarado. Yo... Yo, eh...

Aun así le causaba ansias decirlo. No era lindo confesar la verdad. En la mente de Theo rogaba que le dijera que tampoco quería casarse. Shailene se sentía sucia. Demasiado. Shiloh estaba confundido. Aunque todavía podía recordar porque estaba ahí, y era por una muy simple razón.

Shiloh se levanta pesadamente del suelo y logra arrastrase entre los individuos para darles la noticia.

—Felicidades —arrastra las palabras lentamente, todavía con el efecto del alcohol presente —, su hijo está muerto.

Little intruderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora