8 días antes: parte 1

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—Oye...

Shailene se retuerce en el sofá. Agarra su almohada y se la coloca arriba de su cabeza.

—Bueno, no me dejas opción.

Theo rodea el sofá y va a la cocina. Tomo un vaso de la repisa y sirve agua en el. Luego, abre el congelador y saca unos cuatro hielos. Los pone en la bebida y se va de la cocina. Ve a Shailene casi desparramada en el piso y sonríe. La almohada se ha caído y es su hora para atacar. Toma un poco de agua y retira unos cuantos cabellos que se le han quedado pegados a Shailene en su cara. Sin pensarlo, vierte todo el vaso de agua en Shailene.

—¡Ahhh! ¡Hijo de...! —Shailene se para de un golpe y se encierra en el baño que encontró más cerca.

Theo empieza a reír a todo pulmón. Recuerda que su padre le hacia lo mismo a él. Así que quería ver la reacción de Shailene.

—¡Voy a estar en la cocina por si me necesitas! —dice entre carcajadas.

Shailene se mira en el espejo. Agarra un cepillo y comienza a desenredar su cabello. No toda princesa despierta con la hermosura natural. Terminando se mira de nuevo en el espejo. Nada mal.

Sale de el baño y se dirige a la cocina, donde encuentra a un chico con solo una prenda para cubrirlo de el frío. Se detiene en seco. Usualmente lo veía así por las mañanas en el instituto. Todavía no deja sus costumbres de andar en bóxers por la casa toda la mañana. Ella solo empieza a negar con la cabeza y sigue su camino.

—Idiota... —susurra cuando está demasiado cerca de Theo.

Se deja tumbar en una de las sillas y observa como Theo se desplaza por toda la cocina.

—¿Cómo amaneciste? —dice Theo con una sonrisa.

Shailene responde su pregunta enseñándole su dedo medio. Theo se dispone a escapar una carcajada.

—¿Sabes al menos que hora es?

—Eh... no.

Theo jala una silla y se sienta en frente de Shailene. La mira serio.

—Son las 9:39, dormilona —Shai bufa.

—No es tan tarde.

El silencio los invade. Shailene bien sabe que es tarde. Tiene que salir temprano para comprar lo necesario para la boda. Más bien, "la boda". Lo más seguro es que Ruth y Shiloh ya estén por las calles de Nueva York.

—Bueno, será mejor que te apures. Estoy planeando en que te compres un vestido que deje babeando a Shiloh.

—¿No será mejor comprar tu traje primero? —por el último comentario de Theo, Shailene estaba dando saltitos dentro de su mente. Claro, le gustaba que Theo se preocupara por ella —. Digo, es más fácil encontrar el traje de un hombre.

—No, primero las damas.

—Bien...

El silencio se había puesto incómodo y que Theo esté casi desnudo lo empeoraba. No había perdido la espectacular figura, es más, Shai lo notaba más fuerte.

—¿A qué hora se fueron Ruth y Shiloh? —preguntó Shailene para distraerse de una buena vez.

—Se fueron temprano —aseguró Theo —. A decir verdad, no lo sé. Estaba dormido. Encontré una nota de Ruth en la mesa de noche.

—Pff, y yo era floja.

—Lo eres y lo sabes.

Ambos sonríen por cortesía. Theo quería decir algo más, pero no sabía que. Era realmente difícil hablar con ella solo como "amigos". La quiere, pero no sabe en claro como.

—Shailene, sé que esto va a ser raro. Tú y yo solíamos ser novios, pero... —Theo se para en seco. Eso le alivia a Shai —. A lo que me refiero es que hay que pasar este día como unos buenos amigos. Tú y yo estamos a punto de casarnos, no quiero que todo esto se vaya a echar a perder.

Tanto como a Theo y a Shailene, esas palabras habían lastimado.

—Si, está bien —dice con la voz quebrada.

—Ven aquí —Theo extiende su brazos y se acerca a Shailene.

Se abrazan por un largo tiempo. Shailene cierra los ojos, deseando que el abrazo no se acabe. Theo estaba frío, pero no tardó mucho en que se calentara. Ambos se separan y se miran a los ojos. Theo sonríe de lado y su mirada baja a sus labios. Shailene lo nota y se sonroja. Theo se imagina cuando esos labios eran suyos. Pero esos recuerdos se remplazan por los de Ruth y él. Ambos se apartan. Theo se para y Shailene se queda viendo sus manos.

—Creo que será mejor que me vaya a dar una ducha —dice avergonzado.

—Aja...

Theo sale inmediatamente y corre a el cuarto de Shailene. Toma su ropa usual y se mete al baño. Se mira en el espejo y ve que esta rojizo.

—No, Theo. Tú no puedes quererla. Te vas a casar en varios días, al igual que ella... —se revuelve el cabello y suspira —. ¿En qué me he metido?

¡What's up, bitches! Parece que nuestro Theo se nos está enamorando de nuevo. ¡La inspiración vuelve! Me gustaría actualizar más seguido. ¡Gracia por 1k! ¡Las amo!

Little intruderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora