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Max

Pasó una semana y seguimos sin dirigirnos la palabra. Ya había terminado la pintura hace unos días, pero la curiosidad de saber porqué ella siempre estaba ahí me ganó, y en esa semana estuve trabajando en otras pinturas.

De hecho, mientras no estaba en el río, comencé a pintarla a ella.

La chica del árbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora