Audrey
Desperté, y sentí unos brazos rodeándome. Entonces recordé que nos habíamos quedado dormidos.
Lo codeé un poco, intentando que despertara. Abrió un poco los ojos, me miró y luego me soltó.
- Lo siento. - Dijo.
- Al contrario, yo lo siento, por hacer que te quedaras dormido aquí. - Él negó.
- No hay problema. - Guardamos silencio unos segundos, hasta que nuevamente él habló. - ¿Cómo te llamas?
- Audrey - Susurré, luego lo miré - ¿Y tú?
- Max